Tegucigalpa. La llegada de la Inteligencia Artificial (IA) ha provocado cambios significativos en el ámbito educativo en todo el mundo, por lo que expertos coinciden en que en Honduras la forma de enseñanza, la metodología y la oferta deben adaptarse a las nuevas herramientas.
Diario TIEMPO realizó una encuesta en la que la mayoría de los universitarios afirmaron conocer la IA y sus herramientas. Otro porcentaje importante de los encuestados además admitió utilizar esta tecnología para el desarrollo de sus actividades académicas.
Un 22,2 % de los universitarios afirmó estar muy familiarizado con la IA para su uso en clases; un 52,4 % está algo familiarizado, y otro 22,2 % dijo estar muy poco familiarizado. Apenas un 3,1 % aseguró no conocer nada sobre estas herramientas digitales.
El sondeo también reveló que un 19 % utiliza constantemente la IA en sus actividades académicas, un 68,3 % la emplea ocasionalmente, un 11,1 % no la considera necesaria, y un 1,6 % la usa únicamente como una segunda opción para validar su trabajo.
Por otro lado, un 47,6 % utiliza la IA como asistente para investigaciones, un 39,7 % para tareas, un 9,5 % para tutorías y un 3,2 % para exámenes.
Los resultados provienen de consultas a estudiantes de educación superior en Tegucigalpa y San Pedro Sula, quienes señalaron que la IA les ha ayudado a mejorar su desempeño académico.
En ese sentido, expertos consultados por este medio coincidieron en que es necesario un reajuste en la forma de enseñar, adaptándose a las nuevas tecnologías.
Una oportunidad, sin caer en la dependencia
El director de Investigación Científica de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Ricardo Matamoros, explicó a este medio que la IA representa una oportunidad para adaptar las clases a los avances tecnológicos, pero enfatizó en que debe ser regulada.
“Estamos tratando de hacer conciencia en las autoridades y los docentes para que vean la IA como una oportunidad. La IA es una herramienta que está transformando el ámbito educativo. Si la forma de evaluar, dar clases y realizar tareas sigue siendo la misma de siempre, la IA puede convertirse en una herramienta que reduzca los niveles académicos”, indicó.
Agregó: “En la UNAH creemos que puede ser una oportunidad para mejorar la forma en que se aprende y aumentar la productividad, siempre y cuando se use correctamente. El reto está en evitar una dependencia excesiva que impida desarrollar habilidades críticas, de pensamiento y resolución de problemas”.
El experto subrayó que se deben realizar campañas para promover el uso equilibrado de la IA, de manera que se fortalezcan las habilidades del estudiantado a través de las herramientas digitales.
Desigualdad
Matamoros también destacó que la desigualdad en el país afecta el acceso a los beneficios de la IA. Según él, quienes tienen mayores recursos tendrán mejores oportunidades tanto en la universidad como en el mercado laboral.
“No es lo mismo tener acceso a herramientas de IA gratuitas que a las pagadas, lo que genera un problema de desigualdad. La falta de acceso a la tecnología solo amplía la brecha existente”, apuntó.
Denis Cáceres, experto en educación de la Asociación para una Sociedad Más Justa (ASJ), considera que las autoridades deberían crear mecanismos para acercar la IA a los niveles secundarios en las zonas rurales.
“Uno de los aspectos negativos es la desigualdad en el acceso a la información. Quienes tienen más recursos acceden a mejores herramientas. Esperaríamos que la IA llegue a las zonas rurales, porque, de lo contrario, estaríamos creando barreras para los niños más pobres de este país”, manifestó.
Nuevos espacios
Cáceres opina que la IA ha mejorado procesos en diversos ámbitos. Además, como llegó para quedarse, se deben implementar mecanismos que mejoren la calidad educativa.
En ese sentido, recomienda a los docentes generar espacios donde los estudiantes presenten asignaciones basadas en herramientas digitales, con citas y un valor agregado que demuestre el aprendizaje.
El especialista de la ASJ resaltó que, aunque la IA tiene muchos beneficios, ha generado un deterioro en la escritura a mano de los jóvenes. Así como en aspectos cognitivos y académicos, como la capacidad de elaborar síntesis. Este tipo de tendencias entre los alumnos los vuelve potencialmente dependientes de estas herramientas.
Las herramientas de inteligencia artificial están transformando la educación universitaria al ampliar las posibilidades de aprendizaje y personalización. Sin embargo, también plantean retos éticos y la necesidad de formar a los futuros profesionales en su uso responsable, asegurando que complementen, en lugar de reemplazar, el valor humano.