Redacción. Tras la cancelación de becas a estudiantes de la Universidad Católica de Honduras, ellos piden a la Secretaría de Salud que se les devuelva el beneficio, a pesar de que desde la Secretaría defienden que hace más de 15 años la universidad privada debió haber tenido su propio hospital.
El pasado viernes, la Sesal suspendió el beneficio, que ronda los 7 mil lempiras, a 337 de la universidad privada antes mencionada, bajo el argumento de falta de presupuesto para los profesionales de la salud que están culminando la carrera.
Andrés Zelaya, representante de los galenos en servicio social de la Unicah, informó recientemente que sostuvieron una reunión con las autoridades. Sin embargo, en la misma no se habló de posibles soluciones, ya que solo les explicaron los motivos de la suspensión.
En ese sentido, los afectados advirtieron que si no vuelve la ayuda económica para ellos, no les quedará otra opción que retirarse de los centros asistenciales públicos del país al que prestan sus servicios, dejando a los pacientes sin atención médica.
“Los servicios que brindamos son para el pueblo, y vamos a lugares alejados donde solo hay atención básica. Nosotros somos quienes cubrimos esos espacios”, recriminó.
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«Nuestra obligación es prestar instalaciones”
En respuesta, Nerza Paz, viceministra de Salud, dijo que la obligación de la Sesal es prestar las instalaciones médicas públicas para que los estudiantes de la Unicah puedan culminar su servicio social, pero sin pago, pese a que dicha etapa dura un año.
“La responsabilidad de la Secretaría es prestar establecimientos para que ellos hagan sus prácticas (…). Lo demás corre por cuenta de la universidad», explicó en Radio Globo.
Excusó que el recorte de la beca-salario se debe al gasto que ha realizado la Sesal en el combate contra la epidemia del dengue.
“Hemos erogado más de 362 millones en pago de personal en la emergencia del dengue, más la compra de insumos, para poder garantizarles la atención a los pacientes”, expuso.
Como solución, la Sesal plantea enviar a los médicos residentes a centros asistenciales próximos a sus viviendas para así mitigar el gasto que ellos realizan.
Los estudiantes han criticado la decisión de la Sesal, ya que en años anteriores nunca hubo problemas con el incentivo económico. Lo concreto es que de no encontrar solución, los 337 médicos se retirarán de los hospitales públicos, afectando a la población.