No era una ilusión óptica. O, al menos, eso dice un nuevo estudio científico sobre la polémica que incendió las redes sociales sobre un vestido del que no quedaba muy claro si era azul y negro o blanco y dorado.
Según recoge «The Telegraph», un grupo de científicos alemanes pidió a diferentes sujetos que mirasen la imagen mientras les sometían a una resonancia magnética. Fue entonces cuando se dieron cuenta de que había diferencias sutiles en cómo funcionaba el cerebro.
Aquellos que vieron el vestido de color blanco y oro —cuando en realidad era azul y negro— registraron actividad extra en las áreas frontales y parietales del cerebro, que es particularmente importante en la percepción visual, el razonamiento mental y la atención selectiva.
En definitiva, sus cerebros estaban haciendo un gran esfuerzo de interpretación de la información, percibiendo que le afectaba una sombra, por lo que acabaron pensando que el color azul era en realidad una sombra en un vestido blanco. En cambio, quienes vieron el vestido azul y negro no hicieron ningún esfuerzo mental extra y vieron, simplemente, lo que tenían delante.
