Redacción. La Inteligencia Artificial está revolucionando todas las esferas de la sociedad y en el ámbito de la salud, aunque con cautela, su despliegue abre un abanico de posibilidades en la optimización de la gestión hospitalaria e, incluso, en el diagnóstico y detección de enfermedades. Pero un grupo de investigadores de la Universidad Técnica de Dinamarca (DTU) y la Universidad Northeastern (EE.UU.) va un paso más allá y desarrolla una IA capaz de predecir lo que ocurrirá en la vida de una persona y estimar incluso el momento de su muerte.
Parece ciencia ficción, pero son las conclusiones extraídas del estudio ‘Using sequences of life-events to predict human lives’ (Utilizar secuencias de acontecimientos vitales para predecir la vida humana), publicado esta semana en ‘Nature Computational Science’. Analizando los datos sociodemográficos de seis millones de personas, procedentes del centro danés ‘Statistics Denmark’ y del Registro Nacional de Pacientes (LPR), el modelo de inteligencia artificial llamado ‘life2vec’ puede predecir con un 78 por ciento de precisión el fallecimiento de una persona en los próximos cuatro años.
Lo consigue tras examinar grandes cantidades de datos sobre la vida de las personas, tales como la escolarización, la educación, el salario, la vivienda y la salud. El conjunto de datos contiene, por ejemplo, registros de visitas a profesionales de la salud u hospitales, así como tipo de paciente, el diagnóstico y el grado de urgencia. El modelo de aprendizaje profundo (deep learning), empleado en el campo del procesamiento del lenguaje natural, como ChatGPT, organiza sistemáticamente esta amalgama de datos y predice los acontecimientos en la vida de las personas.
“Desde el punto de vista científico, lo emocionante para nosotros no es tanto la predicción en sí, sino los aspectos de los datos que permiten al modelo dar respuestas tan precisas”, señala el investigador principal, Sune Lehmann, profesor de la DTU.
Individuos en riesgo
La base de datos tiene información que abarca de 2008 a 2020, aunque ‘life2vec’ emplea datos del período 2008-2016 para poder predecir situaciones de los cuatro años siguientes y comprobar después si acertaba en su pronóstico. En el estudio, los investigadores organizaron a las personas en parejas, entre un grupo de entre 35 y 65 años, y a la pregunta de “¿morirá en cuatro años?”, el modelo acertó en el 78 por ciento de los casos, un 11 por ciento más que modelos similares.
Según exponen los científicos involucrados, los resultados concuerdan con los hallazgos existentes en las ciencias sociales. Por ejemplo, en igualdad de condiciones, los individuos en posición de liderazgo o con ingresos elevados tienen más probabilidades de sobrevivir, mientras que tener una enfermedad mental, estar implicado con trabajos manuales o, en general, ser un hombre se asocia a un mayor riesgo de morir. Esto abre una nueva interacción entre las ciencias sociales y las de la salud.
Debate ético
Este tipo de modelos predictivos también plantea debates éticos. Los propios investigadores están abiertos a estos planteamientos, como la protección de datos sensibles, la privacidad y el papel de los sesgos en los datos. El líder del estudio, Sune Lehmann, considera que “este debate debe formar parte de la conversación democrática para que consideremos hacia dónde nos lleva la tecnología y si es un desarrollo que deseamos”.
En palabras del investigador, “el modelo abre importantes perspectivas positivas y negativas que debatir y abordar políticamente. Tecnologías similares para predecir acontecimientos vitales y comportamientos humanos ya se utilizan hoy en día en empresas tecnológicas que, por ejemplo, rastrean nuestro comportamiento en las redes sociales, nos trazan perfiles extremadamente precisos y los utilizan para predecir nuestro comportamiento e influir en nosotros”.