Esposo de ensabanada asegura que vecinos envidiaban a fallecida

A las 7:25 de la mañana, la Policía Nacional recibió la alerta de la aparente existencia de dos cuerpos a la orilla del Anillo Periférico.

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Juan Carlos Hernández
A las 7:25 de la mañana, la Policía Nacional recibió la alerta de la aparente existencia de dos cuerpos a la orilla del anillo periférico.

TEGUCIGALPA, Honduras. – Juan Carlos Hernández, esposo de la mujer ensabana que junto a su hijo fueron los cadáveres encontrados en la salida al norte, hizo declaraciones sobre el caso.

En ese sentido, su esposa y su hijastro desaparecieron la noche del miércoles de la colonia Brisas de Olancho. Ahí fueron raptados por un sujeto en una de las calles de dicha colonia de Comayagüela.

Hernández llegó hasta la oficina médico legal en la capital con esperanza de no encontrar a sus parientes desaparecidos.

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“Yo ya estaba acostado, cuando de repente venía llorando la hija mía. Decía que habían agarrado a ‘Tavo’ y a ella también (su esposa)”, contó.

Al parecer, su hijastro, de nombre José Gustavo Reyes Cruz, y su esposa, Glenis Yolanda Cruz Herrera, fueron raptados por un sujeto vestido de negro y con la cara cubierta con un pasamontañas a eso de las 9:30 de la noche.

Desde ese momento, la angustia se apoderó de la familia al enterarse de lo ocurrido y de no saber por qué motivo sus familiares habían sido privados de su libertad.

Torturados

A las 7:25 de la mañana, la Policía Nacional recibió la alerta de la aparente existencia de dos cuerpos a la orilla del Anillo Periférico. Esto, muy cerca del fallido proyecto habitacional Ciudad del Ángel.

Al llegar al lugar, las autoridades constataron la información. Se trataba de un hombre y una mujer, estrangulados con cables y pedazos de madera (torniquetes).

Aunque a Medicina Forense fueron ingresados como desconocidos, rápidamente sus identidades fueron confirmadas. En efecto, se trataba de madre e hijo, raptados la noche del miércoles en la colonia Brisas de Olancho.

Además, Juan Carlos relató que “ella había salido a comprarme un pollo y tortillas para ‘aliñarme’ la comida del siguiente día. Ahí quedó el pollo que me había comprado”.

“Si yo muriera un día, te encargás de los cipotes, me dijo ella hace unos días”, reveló don Juan Carlos Hernández. Según comentó, ella se dedicaba solamente a las labores del hogar y a cuidar a los niños. Procrearon tres hijos entre ambos.

También Hernández, padre de dos niñas, una de 17 y otra de 11 años y de un menor de tan solo 10 meses de nacido. Aseguró que no habían recibido amenazas, pero sí que algunos vecinos le tenían envidia a su esposa.