ESTADOS UNIDOS.- El esposo de Christina Mauser, entrenadora de baloncesto femenino que perdió la vida en el mismo accidente de helicóptero en el que falleció la estrella de la NBA Kobe Bryant, rompió su silencio para compartir su dolor a través de una llamada telefónica en un programa de televisión.
Matt comenzó hablando de las virtudes que tenia su esposa, pues para su familia era un pilar muy importante:
«Ella era extraordinaria, era increíblemente ingeniosa y divertida como nunca había conocido antes a nadie. Era muy cercana, increíblemente brillante y muy inteligente. Ella podría resolver cualquier cosa».
Christina Mauser, la madre entrenadora de California
Christina Mauser tenia 38 años y trabajaba en una escuela privada en el condado de Orange, California, dando clases de baloncesto al equipo Harbor Day School; estaba casada y tenía tres hijos junto a Matt.
«Es horrible, realmente horrible. Tengo tres hijos pequeños y estoy tratando de descubrir cómo sobrellevar esto con ellos y sin mamá. Tengo miedo; creo que más que nada tengo un poco de miedo por el futuro».
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Esposo relata como conocieron a Kobe Bryant
Matt relató que su mujer conoció a Bryant mientras trabajaba como profesora de español en una escuela privada a la que asistían las hijas de algunos deportistas.
Contó que la estrella de Los Ángeles Lakers había pedido ser voluntario como padre en una excursión, y finalmente terminó entablando una gran amistad con Christina, quien según Matt: «Tenía una mente privilegiada para el baloncesto».
Christina viajaba como ayudante de Kobe, quien ejercía de entrenador en su propia Academia de Deportes «Mamba« en Thousand Oaks, California, cuando ocurrió el fatal accidente en la ciudad californiana de Calabasas.
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Tanto Mauser como sus hijos evitaron ver la televisión el domingo, excepto por un breve vistazo a «SportsCenter» de ESPN, ya que las víctimas del accidente estaban siendo lloradas en todo el mundo.
«Vimos «SportsCenter» durante dos segundos, a todo el mundo le dolía la pérdida de los nueve ocupantes que iban a bordo y mi hija mayor dijo que era bueno saber que todos estaban sufriendo con nosotros; sé que suena extraño, pero ese tipo de sentimiento ayuda».
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