Redacción. La escopolamina, conocida como «Aliento del Diablo» o «Floricunda», Floripondio o burundanga, es una droga altamente peligrosa debido a sus efectos de amnesia, desorientación y sumisión en quienes la consumen.
Derivada del árbol borrachero, se encuentra principalmente en América del Sur y tiene aplicaciones médicas, como el tratamiento del mareo, pero ha ganado notoriedad por su uso delictivo.
Con sus efectos devastadores y los mitos que la rodean, el Aliento del Diablo ha construido una reputación siniestra.
Su capacidad para inducir amnesia profunda y anular la voluntad propia la convierte en una droga altamente peligrosa.
No obstante, como con cualquier sustancia de abuso, es esencial conocer sus efectos. Desmitificarla sin restar importancia a sus riesgos es un paso clave para garantizar una información adecuada y prevenir su uso.
Puedes leer: Resuelto: termina breve conflicto diplomático entre Colombia y USA
Efectos y riesgos
- Borra la memoria y hace que la víctima sea sugestionable.
- Puede provocar alucinaciones aterradoras y estados de sumisión.
- Se ha usado en delitos como robos, violaciones y secuestros.
- Su consumo recreativo es extremadamente peligroso, ya que una dosis incorrecta puede causar insuficiencia respiratoria, psicosis aguda o muerte.
En Europa, el Observatorio Europeo de Drogas no ha reportado casos confirmados de su uso delictivo, aunque en Colombia se estima que 50,000 incidentes anuales están vinculados a la escopolamina.
Medidas de prevención
El Departamento de Estado de Estados Unidos recomienda:
- No acudir solo a bares o discotecas.
- No dejar bebidas o alimentos desatendidos.
- No aceptar comida o bebida de extraños.
- Evitar salir con desconocidos en ambientes nocturnos.
- Estos consejos son esenciales no solo para prevenir intoxicaciones con escopolamina, sino para cualquier situación en la que se pueda estar en riesgo.
La escopolamina sigue siendo una de las drogas más temidas por su capacidad para anular la voluntad de sus víctimas, facilitando delitos como robos y agresiones.
Su uso ha sido objeto de mitos y controversias, representa un problema real que requiere prevención y conciencia pública.