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martes, abril 15, 2025

¿Es bueno hacer ejercicio durante el embarazo?

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Redacción. Durante muchos años, la idea de hacer ejercicio en el embarazo generó dudas, miedos y mitos. Se creía que cualquier esfuerzo físico podría resultar perjudicial tanto para la madre como para el bebé.

Sin embargo, la ciencia ha ido desmontando estos temores y hoy se sabe que mantenerse activa durante esta etapa puede traer múltiples beneficios, siempre que la actividad física sea adecuada y esté guiada por profesionales.

Los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés) han documentado que el ejercicio en el embarazo puede prevenir condiciones como la diabetes gestacional, la hipertensión, y el aumento excesivo de peso, además de favorecer una recuperación más rápida tras el parto.

Por su parte, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) recomienda al menos 150 minutos de actividad moderada a la semana, lo que se traduce en 30 minutos diarios durante cinco días.

El ejercicio físico durante el embarazo no solo es seguro en la mayoría de los casos, sino también beneficioso.

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Actividades recomendadas y precauciones

Caminar, nadar, montar bicicleta estática, hacer yoga prenatal o ejercicios de bajo impacto son algunas de las prácticas más seguras y beneficiosas durante la gestación. También se aconsejan los estiramientos, que ayudan a mantener la flexibilidad y reducir molestias físicas.

Eso sí, hay ejercicios que deben evitarse, especialmente aquellos con riesgo de caídas, impacto directo en el abdomen, o pérdida del equilibrio. A partir del segundo trimestre, también se desaconsejan los ejercicios que se realizan acostadas boca arriba, ya que podrían comprometer la circulación sanguínea y afectar la oxigenación tanto de la madre como del bebé.

Uno de los mayores aportes del ejercicio es el control del peso corporal, que ayuda a evitar la obesidad después del parto. También mejora la sensibilidad a la insulina, reduciendo así el riesgo de diabetes gestacional.

Mantener una buena salud durante el embarazo es vital para el desarrollo del bebé.

El ejercicio ayuda a prevenir la macrosomía fetal (bebés con peso excesivo al nacer), que puede provocar complicaciones durante el parto y aumentar la probabilidad de cesárea. Además, las mujeres activas presentan menores tasas de partos instrumentales y cirugías, lo que hace del ejercicio un aliado natural para un parto más saludable.

Bienestar emocional en primer plano

No solo el cuerpo se ve beneficiado. El impacto emocional del ejercicio es igualmente significativo. Ayuda a reducir la ansiedad, mejora el estado de ánimo y puede combatir síntomas de depresión que algunas mujeres experimentan debido a los cambios hormonales y las preocupaciones propias de la maternidad.

Las mujeres que hacen ejercicio reportan una mejor calidad de vida y mayor sensación de control y bienestar durante su embarazo, lo cual se traduce en una experiencia más positiva.

La inactividad, por el contrario, se ha relacionado con mayores tasas de partos prematuros, bajo peso al nacer e ingresos a cuidados intensivos neonatales. Esto resalta la importancia de incorporar el movimiento como parte del autocuidado durante la gestación.

Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer cambia de forma notable. Según la revista científica BMC, el gasto cardíaco puede aumentar hasta un 50 %, y la frecuencia respiratoria también se eleva, lo que puede provocar fatiga incluso con esfuerzos leves.

El crecimiento del abdomen desplaza el centro de gravedad, lo que afecta el equilibrio y puede alterar la postura y la forma de caminar. Por eso, se deben escoger ejercicios que mejoren la estabilidad, como el yoga prenatal, y evitar ambientes calurosos. Mantener una buena hidratación también es esencial.

La inactividad física en el embarazo se ha relacionado con un mayor riesgo de parto prematuro.

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El ejercicio en el embarazo, lejos de ser un riesgo, se convierte en un gran aliado para la salud física y emocional de la madre y del bebé. Con la orientación adecuada, mantenerse activa es una forma de fortalecer el cuerpo, la mente y prepararse para el momento del parto y el posparto. La clave está en informarse, escuchar al cuerpo y moverse con seguridad.

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