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jueves, julio 31, 2025

¿Es bueno comer fruta después del almuerzo y la cena? Esto dicen expertos

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Redacción. El consumo diario de frutas es uno de los pilares de una alimentación equilibrada. Aportan vitaminas, minerales, antioxidantes, agua, fibra y azúcares naturales. Sin embargo, una duda frecuente entre quienes buscan mejorar su dieta es si conviene comer fruta justo después de las comidas principales, como el almuerzo o la cena.

La creencia de que puede interferir en la digestión o elevar rápidamente los niveles de glucosa en sangre ha generado cierta confusión. Sin embargo, las evidencias científicas actuales no respaldan estas ideas en la mayoría de los casos.

Distintas fuentes profesionales coinciden en que el valor nutricional de la fruta no varía dependiendo del momento del día en que se consuma.

“La fruta aporta la misma energía, cantidad de agua, fibra, vitaminas, minerales, antioxidantes e hidratos de carbono por la mañana, por la noche, antes de comer o como postre. Por lo tanto, es más una cuestión cultural”, señalan expertos de la Clínica Universidad de Navarra.

Silvina Tasat, licenciada en Nutrición y miembro de la Sociedad Argentina de Nutrición, refuerza esta afirmación: “No existe ninguna evidencia que indique que comer fruta en un momento u otro del día tenga un efecto diferente en el organismo. Puede comerse en el desayuno, el almuerzo, la merienda o la cena sin inconvenientes”.

Algunas frutas como sandía y melón, por su alto contenido de agua y bajo aporte de fibra, se absorben más rápidamente.

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Digestión: ¿afecta comer fruta después de otros alimentos?

Uno de los mitos más extendidos es que comer fruta al final de una comida puede dificultar la digestión o “fermentar” en el estómago. Esta idea no tiene base científica.

“El aparato digestivo humano está preparado para digerir simultáneamente carbohidratos, proteínas y grasas. Comer fruta junto a otros alimentos no representa ningún problema”, aclara Tasat.

Al contrario, incorporar fruta como postre puede favorecer la sensación de saciedad y evitar el consumo de productos ultraprocesados o azucarados para cerrar la comida.

Impacto sobre la glucemia: casos donde sí importa

Aunque en la población general el momento del consumo no genera efectos negativos, hay consideraciones específicas para personas con ciertas condiciones metabólicas, como diabetes tipo 2 o insulinorresistencia.

“En estos casos, es importante moderar la cantidad de fruta —no más de tres al día— y evitar comerla de forma aislada, ya que su azúcar natural (fructosa) se absorbe más rápidamente si no hay otros nutrientes que acompañen”, explica Tasat.

Comer fruta tras una comida completa reduce la velocidad de absorción de los azúcares naturales gracias a la presencia de grasas y proteínas, lo cual es beneficioso para controlar los niveles de glucosa en sangre.

Además, frutas como sandía o melón, por su alto contenido de agua y bajo contenido de fibra, pueden elevar más rápidamente la glucemia si se consumen solas.

Recomendaciones generales para el consumo de fruta

Los expertos coinciden en una serie de recomendaciones clave:

  • Consumir la fruta entera en lugar de jugos o licuados.

  • Siempre que sea posible, con cáscara, para aprovechar su contenido de fibra.

  • Elegir frutas de estación y regionales, tanto por su valor nutricional como por su menor impacto ambiental.

  • Variar tipos y colores para obtener un abanico más amplio de nutrientes y antioxidantes.

  • En personas con condiciones metabólicas, consultar con un profesional para ajustar cantidad y tipo de fruta según las necesidades individuales.

No hay razón para evitar la fruta después del almuerzo o la cena.
Lo que dicen las guías internacionales

La evidencia científica respalda firmemente la inclusión diaria de frutas en la alimentación. De acuerdo con The Nutrition Source de la Escuela de Salud Pública de Harvard:

“Una dieta rica en frutas y verduras puede reducir la presión arterial, el riesgo de enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y algunos tipos de cáncer”.

Por su parte, la Cleveland Clinic resalta el valor específico de frutas como los arándanos, las manzanas y las naranjas, por su aporte de fibra, vitamina C y antioxidantes.

Las guías alimentarias internacionales recomiendan al menos tres frutas al día o el equivalente a 450 gramos diarios, preferentemente variadas y enteras.

Comer fruta después del almuerzo o la cena no solo es seguro, sino también recomendable dentro de una dieta saludable. No afecta negativamente la digestión ni reduce sus beneficios nutricionales. Incluso, puede ser una herramienta útil para mejorar la saciedad y reducir el consumo de alimentos ultraprocesados.

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