Redacción. Gregorio Córdova Murrieta, originario de Teziutlán, Puebla, y residente en Hawái desde hace varios años, fue arrestado en junio por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) acusado de reingreso ilegal a Estados Unidos.
Lo que llamó la atención no fue el cargo, sino la forma en que fue ubicado: a través de las remesas que enviaba a su familia en México.
Rastreado por sus envíos de dinero
De acuerdo con documentos judiciales citados por Star-Advertiser, una empresa de transferencias identificó al mexicano en 11 operaciones entre 2021 y mayo de 2025, en las que utilizó su pasaporte y consignó como dirección una vivienda en Kaulainahee Place, Aiea, en el condado de Honolulú.
El 15 de junio, agentes de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) montaron vigilancia en esa dirección y confirmaron su identidad. Horas después, ejecutaron la orden judicial y lo detuvieron.

“Me besó y se lo llevaron”
Su prometida, Grace Pérez Parra, relató a Civil Beat cómo se produjo el arresto:
“Gregorio vio a los agentes en las cámaras de seguridad. Cuando abrió la puerta me pidió calma: ‘mamá, no te preocupes’. Luego me besó y se lo llevaron”, contó.
La mujer explicó que por años su pareja envió dinero a sus cinco hijos en México, pero recientemente lo destinaba al cuidado de sus padres ancianos y de su hija menor.
“Es muy trabajador, buena persona, sincero. Un hombre hispano típico que intenta ganarse la vida”, afirmó.

Acepta su deportación
La defensora pública Jacquelyn Esser confirmó que el único cargo en contra de Córdova es reingreso ilegal y que no tiene antecedentes penales en Estados Unidos.
El mexicano, de 48 años, decidió declararse culpable. Según su prometida, lo hizo por “razones sencillas”: sus padres están enfermos y quiere verlos cuanto antes.
Su sentencia será anunciada el 9 de septiembre, y se espera que sea deportado a México.