Redacción. Entre dolor y llanto, familiares y vecinos dieron el último adiós a la menor Ingrid Suyapa Ramírez, que murió como consecuencia de los golpes que recibió de su propia madre en San Lorenzo, departamento de Valle.
El velatorio se llevó a cabo en su casa de habitación, donde vecinos de la comunidad se hicieron presentes para verla por última vez y recordar cómo era en vida.
Dentro de un ataúd, rodeado de flores y fotografías de la niña, será la última vez que sus seres queridos podrán verla antes de su entierro, el cual se llevará a cabo a las 9:00 de la mañana de este viernes, en el Cementerio General de San Lorenzo.
Alegre y especial
Doña Esther, abuela de la menor, expresó su tristeza y envuelta en llanto declaró que jamás podrá olvidar a Ingrid. «Estoy marcada con esto», dijo.
«No he olvidado a mí hija que lleva cuatro años de haberse muerto, como voy a olvidar a la niña. Uno no puede olvidar, queda marcado para siempre», expresó.
Sin embargo, señaló que siempre la recordará como una niña educada, especial y alegre. Una nieta que siempre le pedía café.
Doña Esther, recordó que el día de la tragedia, pese a la gravedad de la situación, la menor amaneció «alegrita» y le dio diez lempiras que entregó su madre para comprar rosquillas y desayunar.
«La mamá la amaba, pero no sé que le pasó, hasta las personas decían que era buena madre. Pero ella era drogadicta y alcohólica, era agresiva», comentó.
Finalmente, la señora agradeció a través de medios de comunicación a sus vecinos por haberla acompañado, así como a toda aquella persona que los ha ayudado en un momento tan difícil.
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