Redacción. Las enfermeras auxiliares de Honduras han reaccionado a las recientes declaraciones de la ministra de Salud, Carla Paredes, quien aseguró que la alimentación que se les brinda a los trabajadores tiene un costo de 300 lempiras por plato.
Las trabajadoras de la salud desmintieron esa versión mostrando fotografías de lo que realmente consumen día a día en los hospitales: frijoles, huevo, un pedazo de queso y, en ocasiones, un trozo pequeño de pollo.

“No es que nos quejemos de la comida, gracias a Dios por el plato que recibimos, pero decir que esto cuesta 300 lempiras no es la realidad”, expresó una de las auxiliares.
El reclamo no se centra en el menú sencillo, sino en el mensaje que trasladan las autoridades.
“Ese plato lo pintan como si fuera un banquete, cuando la verdad es que es lo mismo todos los días: frijoles, huevo y un poco de queso. A veces hasta jugo nos dan, pero nada de lo que dicen que vale lo que ellos aseguran”, dijo.

A ello se suma otra denuncia: los uniformes. Según Asociación Nacional de Enfermeras y Enfermeros Auxiliares (ANEEAH), las autoridades aseguran que en su dotación se invierten más de 3,000 lempiras, cuando en realidad lo que reciben son siete yardas de tela a un costo de 75 lempiras por yarda.
“Que saquen la cuenta: eso no llega a lo que ellos dicen. Entonces, ¿al bolsillo de quién se va esa diferencia?”, enfatizó el presidente de la ANEEAH, Josué Orellana.

Denuncias de las enfermeras
Las auxiliares de enfermería advirtieron que su paciencia está llegando al límite y que, si se produjera el despido de alguna de sus compañeras, tomarían la decisión de entregar las emergencias y las áreas críticas, dejando en manos de la Secretaría de Salud la responsabilidad de responder en los hospitales.

El malestar de este gremio refleja no solo un choque de versiones sobre costos y beneficios, sino también una inconformidad creciente.
Le puede interesar: “No les debemos, ellas nos deben”: ministra de Sesal sobre protestas de enfermeras
Las trabajadoras insisten en que lo que exigen es respeto y claridad por parte de las autoridades, a quienes reclaman dejar de maquillar la realidad y enfocarse en buscar soluciones concretas.