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domingo, julio 27, 2025

Hermandad y compromiso social marcan el encuentro de clubes Porsche de CA en San Pedro Sula

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Redacción. San Pedro Sula fue anoche el epicentro de una celebración automotriz y social sin precedentes. Por primera vez en la historia, los clubes Porsche de Honduras, El Salvador y Guatemala se unieron en una vibrante velada que fue mucho más que una simple exhibición de vehículos de lujo. Se trató de una cena festiva que solidificó lazos de camaradería y reafirmó el creciente compromiso social de estos entusiastas de la icónica marca alemana.

La noche fue doblemente especial al coincidir con el cumpleaños de Carlos Rosenthal, un distinguido socio fundador del Club Porsche Honduras. Su visión ha sido clave para impulsar la comunidad local.

El Club Porsche Honduras, como anfitrión, deslumbró con 53 de sus impresionantes vehículos, mientras que la pasión por Porsche cruzó fronteras con la notable presencia de ocho automóviles de El Salvador y dos de Guatemala.

«Tuvimos bastante presencia de El Salvador, principalmente», destacó Edgard Matute, presidente del Club Porsche Honduras, subrayando la creciente hermandad regional.

Estos encuentros no son solo para admirar la ingeniería y el diseño, sino que forman parte de una serie de actividades estratégicas para proyectar la marca y, a la vez, invitar a más entusiastas a sumarse a esta creciente comunidad.

 

Matute enfatizó que el club no tiene fines de lucro, sino que busca una proyección social significativa. Actualmente, están en proceso de obtener su personería jurídica, lo que les permitirá formalizar aún más su labor. De hecho, ya han colaborado activamente en exposiciones de vehículos con la Cámara de Comercio local para apoyar a emprendedores hondureños.

Hermandad

Carlos Rosenthal, por su parte, reafirmó la esencia del club: forjar una hermandad en torno a la marca. «Queremos apoyar a los países hermanos para generar beneficios a todos los miembros del club y la sociedad en general», afirmó Rosenthal. También mencionó la importancia de generar trabajo especializado y la necesidad de materiales importados que la marca requiere, buscando así un impacto positivo en la economía local.

El empresario señaló que la presencia de los clubes hermanos de Guatemala y El Salvador es una clara muestra de que la responsabilidad social trasciende las fronteras geográficas. Estos eventos no solo permiten exhibir los vehículos, sino también apoyar a microempresas y fomentar la cultura del coleccionismo automotriz.

Finalmente, Rosenthal puntualizó un mensaje clave: no se trata solo de poseer un automóvil, sino de ser custodios de la rica historia del automovilismo. «Impulsar la cultura del coleccionismo vehicular no solo como una afición, sino como una responsabilidad hacia la preservación de la historia del automovilismo a lo largo del tiempo», concluyó.

 

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