REDACCIÓN. La reina del soul Aretha Franklin, falleció el 16 de agosto del 2018, a los 76 años, en su residencia ubicada en Detroit, creando conmoción en el mundo musical tras padecer un agresivo cáncer de páncreas, situación que solo conocían las personas en su círculo más cercano.
Luego de más de un año de su muerte, se conoció del encuentro de unos manuscritos sobre el sofá de la residencia de la popular artista. Según se indicó los escrito podría ser el testamento de Aretha.
Sin embargo, la diva olvidó firmar el escrito, lo que llevó a los familiares a pasar un incómodo momento, por la dificultad de ponerse de acuerdo para repartir la enorme herencia musical, intelectual y material que Franklin les dejó.
Aunque todo cambió, cuando tres meses después de su muerte aparecieron dos testamentos que Franklin escribió con su puño y letra. Uno de estos se encontraba bajo un sofá y el otro dentro de un armario cerrado con llave.
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Testamentos tienen manchones y tachones
En cuanto a los escritos, los forenses que examinan este tipo de documentos deben revisarlos detenidamente. Puesto que los escritos presentan tachones y no están bien conservados.
Los especialistas determinarán como se gestionarán la mayor parte de las finanzas y bienes que Franklin logró construir obtener con su esplendorosa carrera artística. Entre estas propiedades, también deja los derechos de varias canciones que a pesar de ser parte del alma de todo un país, tendrán un futuro dueño.
Sin embargo, el asunto es bastante complejo ya que el presunto testamento, supuestamente en el escrito en 2014, Franklin nombró a su hijo menor, Kecalf, como el testamentario de la herencia.
También, se dijo que al principio la cantante designó a su hijo Teddy quedar a cargo. Aunque su nombre estaba escrito en la misma línea y tachado, seguido del nombre de su sobrina Sabrina Owens, quien también aparece tachada.
Por lo cual el experto forense, además de determinar la validez del documento, deberá aclarar si sufrió alguna modificación y posteriormente poner fin a una disputa familiar que la diva no sabe que provocó.
