Internacionales. Las autoridades policiales reportaron el jueves el hallazgo del cuerpo de una niña de 9 años en un contenedor de basura en Guaíba, Brasil. La pequeña fue identificada como Kerollyn Souza Ferreira.
Tras el descubrimiento del cuerpo, las autoridades arrestaron a la madre de la niña, Carla Carolina Abreu de Souza, a quien se le imputan cargos de homicidio doloso calificado.
El fiscal afirmó que la madre no sólo incumplió su deber de proteger a su hija, sino que también la puso en grave peligro al darle medicamentos inapropiados. Esto se confirmó tras la autopsia, que encontró restos de clonazepam en el cuerpo de la niña.
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Ante las evidencias, la madre confesó a la policía que le dio un sedante a Kerollyn horas antes de que fuera hallada muerta. La investigación determinó que la niña había ingerido un gramo de clonozepam, además de haber consumido risperidona. Sin embargo, las circunstancias precisas de su muerte aún no se han esclarecido.
Relato
La mujer informó que también había consumido clonazepam ese mismo día y que, tras quedarse dormida junto a su hija, al despertarse notó que la niña no estaba en casa. Asimismo, la madre agregó que tomó más pastillas y volvió a dormir, sin darse cuenta de la desaparición de su hija.
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Carolina recibió una denuncia por maltratar a Kerollyn y a otros tres niños. «La muerte de Kerollyn es consecuencia directa de la conducta de la madre. Quien permitía rutinariamente a su hija deambular por las calles sin supervisión alguna, sumado a que, esa misma noche, le había suministrado un sedante no recetado y de consecuencias imprevistas para la nena», afirmó Riccardi, el fiscal Rafael de Lima.
Según informaron medios brasileños, la investigación apunta a que la niña fue víctima de negligencia y agresión extrema, con indicios de tortura. En este caso, al padre de la niña, Matheus Ferreira, se le acusó de abandono material por no cuidar de su hija, a pesar de que ella le había informado sobre los abusos que estaba sufriendo.
