Redacción. El cuerpo sin vida de Erlin David García Lemuz, un niño de 11 años desaparecido desde el domingo 15 de junio, fue encontrado el domingo 22 de junio en el río Chinacla, en la zona limítrofe entre Santa Elena, La Paz, y San Marcos de la Sierra, en Intibucá, occidente de Honduras.
Erlin salió ese día a pescar con una atarraya cerca de un cultivo de maíz de su padre, pero no regresó a casa. Tras varias horas de búsqueda, familiares hallaron únicamente sus chancletas y otros objetos personales.
Durante ocho días, vecinos de municipios cercanos, junto a autoridades de la Policía y del Ministerio Público, realizaron operativos de búsqueda en la zona. Finalmente, su cuerpo fue localizado en la poza conocida como «Los Injustos», un área del río Chinacla que se convirtió en el punto central de las investigaciones.
Las autoridades realizaron el levantamiento legal del cadáver y entregaron los restos a la familia para los trámites correspondientes. La madre del Erlin expresó su dolor y agradecimiento por el apoyo recibido, destacando que, aunque es una noticia triste, ahora sabe dónde podrá visitar la tumba de su hijo.
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Muerte de menores
La Coordinadora de Instituciones Privadas por las Niñas, Niños, Adolescentes, Jóvenes y sus Derechos (COIPRODEN) informó en su último reporte que, durante los primeros cinco meses de 2025, más de 230 menores de edad, adolescentes y jóvenes hondureños han fallecido de manera violenta en el país.
Según el monitoreo periódico realizado por la institución, la mayoría de las víctimas son varones. Aunque también se registran niñas entre los casos, lo que refleja la alta vulnerabilidad de la niñez y adolescencia en Honduras.
En total, entre el 1 de enero y el 31 de mayo de 2025, se contabilizaron 236 homicidios de niños, niñas, adolescentes y jóvenes. De ese número, 186 corresponden a personas entre 18 y 30 años, mientras que las 49 restantes son menores de 17 años.
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