Redacción. Las elecciones primarias e internas de Honduras se desarrollaron este domingo en medio de incertidumbre y marcadas por retrasos en la entrega de urnas, fallos en el sistema biométrico y reclamos por anomalías en el proceso.
Lo que se esperaba como una jornada ordenada y transparente terminó con largas esperas, desorganización y serias denuncias en distintos centros de votación.
En la contienda participaron los movimientos internos de los tres principales partidos políticos (Partido Nacional, Libertad y Refundación, y Partido Liberal), para definir a sus candidatos para las elecciones generales de noviembre, donde se elegirá a las nuevas autoridades para el período 2026-2030.
Retrasos y fallas desde el inicio del proceso
Desde la madrugada, miles de hondureños acudieron a los centros de votación con la esperanza de ejercer su derecho. Sin embargo, desde las primeras horas se evidenciaron problemas logísticos.
Las autoridades del Consejo Nacional Electoral (CNE), junto a observadores y medios de comunicación, inauguraron la jornada en el Instituto Jesús Milla Selva de la colonia Kennedy en Tegucigalpa, un cambio respecto a elecciones anteriores, cuando el acto se realizaba en el Instituto Central Vicente Cáceres.
A pesar de que en algunas regiones el proceso inició a las 7:00 a. m. sin inconvenientes, en Tegucigalpa, Francisco Morazán; y San Pedro Sula, Cortés —las dos ciudades más pobladas del país— numerosos centros de votación no recibieron las urnas a tiempo, generando retrasos y malestar entre los electores.
Además, fallas en el sistema biométrico impidieron la validación de identidad en distintos puntos, mientras que surgieron denuncias sobre urnas enviadas a centros equivocados, en mal estado o extraviadas, aumentando la desconfianza en el proceso.
Ante estos problemas, los partidos políticos y la población exigieron explicaciones al CNE y a las Fuerzas Armadas, responsables de la distribución y custodia del material electoral.
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Maletas electorales llegaron tarde y sin custodia
A las 9:00 a. m., varios buses de transporte urbano comenzaron a circular en la capital y en San Pedro Sula, transportando maletas electorales sin custodia militar. Esta situación generó mayor inquietud, ya que la falta de resguardo comprometía la seguridad del material electoral.
La propia consejera presidenta del CNE, Cossette López, denunció la irregularidad y advirtió sanciones para los responsables.
“Hay rutas en el Distrito Central que salieron desde las 7:00 a. m. del Infop y no tiene ningún sentido que no hayan llegado a su destino. Estamos investigando qué sucede. ¡Retrasar maliciosamente el proceso y la instalación de las JRV es un ilícito! ¡Habrá consecuencias!”, expresó López en su cuenta de X a las 9:45 a. m.
Más tarde, en una comparecencia ante los medios, López denunció obstáculos intencionados en el proceso, sin señalar responsables. Atribuyó la situación a una empresa de transporte contratada por el CNE, que habría retenido la entrega del material electoral en la capital.
Debido al terrible escenario, el pleno consejo del CNE dio la orden de extender el horario de votación en Francisco Morazán y San Pedro Sula hasta las 9:00 de la noche o hasta que el último ciudadano ejerciera su derecho a elegir.
Sabojate
El ambiente de incertidumbre y especulaciones generó inmediatas reacciones por parte de los líderes liberales Jorge Cálix y Salvador Nasralla, quienes denunciaron un supuesto boicot por parte del coordinador del Partido Libre y esposo de la presidenta Xiomara Castro, Manuel Zelaya.
Ambos precandidatos a la presidencia expresaron su descontento debido a las múltiples irregularidades que afectaron el proceso electoral.
Nasralla enfrentó retrasos en su centro de votación y fallas en el sistema biométrico, lo que le impidió ejercer su derecho al voto de manera oportuna.
Tras superar estos inconvenientes, manifestó su descontento por la jornada electoral, calificando la situación como un reflejo del mal manejo gubernamental y miedo de Libre a su figura.
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Cálix culpa a Rixi
Por su parte, Jorge Cálix, también precandidato del Partido Liberal, llegó temprano a su centro de votación, pero la ausencia de urnas retrasó su participación.
Utilizando lápiz y papel, y simulando con tinta imaginaria, ejerció su voto de manera simbólica. Cálix responsabilizó a la secretaria de Defensa y precandidata presidencial por el Partido Libre, Rixi Moncada, por la falta de organización en la distribución del material electoral, sugiriendo que su involucramiento político pudo haber influido negativamente en sus funciones.
Mientras tanto, Nasry “Tito” Asfura, precandidato presidencial del Partido Nacional, ejerció su voto en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) en Tegucigalpa.
Tras votar, destacó la importancia de las elecciones para fortalecer la democracia y pidió que se respete la voluntad del pueblo hondureño.
Al ser consultado sobre los problemas registrados en Tegucigalpa y San Pedro Sula, Asfura evitó señalar responsables, indicando que no le correspondía hacerlo.
Sin embargo, reconoció que, aunque la situación se había normalizado, persistían inconvenientes en algunos distritos, según los informes recibidos.
Imprentas involucradas
Por su parte, el consejero del CNE, Marlon Ochoa, responsabilizó de la demora en la entrega de las papeletas a dos imprentas: Espacio Gráfico, encargada de entregar las papeletas de San Pedro Sula, y la Imprenta Honduras, responsable de las papeletas del municipio de Comayagua.
“Estas imprentas incumplieron el cronograma de entrega y, frente a este incumplimiento, se provocó que ahora estemos lamentando la demora en la distribución de material del Distrito Central”, detalló.
El consejero Ochoa avaló además la versión de López, quien aseguraba el cambio en el plan de transporte de las maletas electorales.
Protestas
La molestia e indignación capitalina desató varias protestas debido a la falta de apertura de varios centros de votación. Simpatizantes de distintos partidos políticos, especialmente del Partido Nacional y Liberal, expresaron su descontento bloqueando el bulevar Fuerzas Armadas, a la altura de las colonias Las Brisas y Betania.
Además, hubo quema de llantas y bloqueo de calles a la altura de la colonia La Joya, Villanueva, El Hato, barrio El Bosque, entre otros, pero sin incidentes graves.
Los manifestantes exigieron la llegada del material electoral y la instalación de las Juntas Receptoras de Votos (JRV) para ejercer su derecho al sufragio.
Hondureños votaron en la oscuridad
La distribución de las maletas electorales continuó hasta altas horas de la noche, siendo la colonia Kennedy y el centro de votación de la facultad de Ciencias Médicas de la UNAH, de los últimos recintos en recibir las urnas en la capital.
Debido a la tardanza en la llegada de las urnas electorales a varios centros de votación, muchos ciudadanos en Tegucigalpa y otras partes del país se vieron obligados a ejercer su derecho al voto a oscuras.
En algunos casos, las votaciones comenzaron en plena penumbra, ya que las urnas no llegaron a tiempo y los centros de votación carecían de iluminación.
Esta situación generó desconcierto y frustración entre los electores, quienes tuvieron que esperar varias horas para poder votar, sin la posibilidad de hacerlo en condiciones mínimamente adecuadas.
Las elecciones más caras de la historia
Las elecciones primarias e internas de 2025 en Honduras se han convertido en uno de los procesos más costosos en la historia del país y la región centroamericana, con un presupuesto superior a los 2,053 millones de lempiras, equivalentes a 52.8 millones de dólares.
La inversión multimillonaria quedó marcada por la opacidad y una improvisación que sorprendió a todo el país. El accidentado proceso refuerza el reclamo sobre la desaparición de las elecciones primarias que representan una carga millonaria para el Estado.
A pesar de las múltiples dificultades y el enredo logístico que marcó el proceso electoral primario en Honduras, el pueblo hondureño mostró una notable actitud cívica y determinación para ejercer su derecho al voto.
Las largas esperas, la oscuridad y los inconvenientes, no evitaron que miles de ciudadanos acudieran a los centros de votación, conscientes de la importancia de su participación en la democracia. Esta jornada, aunque llena de obstáculos, demostró el compromiso de los hondureños con su futuro.
