Redacción. Rixi Ramona Moncada Godoy, candidata presidencial del Partido Libertad y Refundación (Libre), se ha posicionado como una de las figuras más fuertes en el proceso de elecciones generales del 30 de noviembre de 2025.
Su nombre no solo pesa por los cargos que ha ocupado, sino por su íntima cercanía con la familia Castro-Zelaya, a quien ha acompañado con lealtad política desde hace casi dos décadas.
Moncada es reconocida por ser una mujer con carácter, disciplinada e inteligente, rasgos que la han llevado a destacar en un entorno dominado por desafíos políticos y administrativos.
Para muchos sectores dentro de Libre, la candidata representa la continuidad del proyecto iniciado por Xiomara Castro y la firmeza de una mujer que ha escalado en la función pública desde el trabajo docente y jurídico hasta convertirse en una de las figuras más influyentes del país.

Orígenes
Nació el 13 de febrero de 1965 en Talanga, Francisco Morazán. Rixi Moncada proviene de un entorno alejado de las élites tradicionales del poder. Creció en una familia trabajadora, bajo la guía de sus padres y su abuela.
A los 17 años egresó de la Escuela Normal Mixta “Pedro Nufio” como maestra de educación primaria y ejerció durante varios años en escuelas rurales y urbanas. Esta etapa es uno de los pilares de la narrativa que hoy proyecta, como una mujer que viene de abajo.
Poco después, decidió estudiar Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), donde obtuvo el título de licenciada en Ciencias Jurídicas y Sociales con especialización en Derecho Penal y Procesal Penal. Se desempeñó como abogada litigante, jueza de Letras de lo Criminal y magistrada de la Corte Primera de Apelaciones. También fue docente universitaria, impartiendo Derecho Penal, lo que consolidó su reputación profesional antes de ingresar por completo a la arena política.

Ascenso político
Su salto hacia la política nacional se produjo durante el gobierno de Manuel Zelaya Rosales. Entre 2006 y 2008 la nombraron secretaria de Trabajo y Seguridad Social, y luego asumió como gerente de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), donde ganó notoriedad pública.
Su cercanía con Zelaya y posteriormente con Xiomara Castro la ubicó dentro del círculo de mayor confianza del partido Libre, considerándola como una de sus figuras más leales y estratégicas.
Tras el golpe de Estado de 2009, Moncada se mantuvo activa dentro de los movimientos de resistencia y en la organización del Partido Libre. Años después, en 2019, fue elegida como consejera del Consejo Nacional Electoral (CNE) y fungió como su presidenta, participando en la reestructuración del sistema electoral hondureño.
Con la llegada de Xiomara Castro a la presidencia en 2022, la designaron ministra de Finanzas, desde donde impulsó reformas fiscales y defendió el discurso de soberanía económica. En 2024 fue nombrada ministra de Defensa, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar ese cargo en la historia del país.

En medio de controversias, Moncada renunció a su cargo para asumir oficialmente la candidatura a la presidencia de la República.
A lo largo de su carrera pública, Rixi Moncada no ha estado exenta de cuestionamientos. Se le ha vinculado a señalamientos por supuestas contrataciones irregulares en su paso por la ENEE. También, se le ha nombrado en informes sobre nepotismo dentro del gobierno, al tener familiares en cargos públicos.
Sus propuestas
Como candidata presidencial, Moncada ha estructurado su discurso sobre la defensa de los trabajadores, la soberanía del Estado y la democratización del sistema económico. Una de sus propuestas más comentadas es la eliminación o reforma de la Central de Riesgos, argumentando que millones de hondureños quedan excluidos del acceso a créditos por deudas mínimas o impagos pasados. Según ella, la banca debe abrirse a los sectores productivos, pequeños emprendedores y agricultores.
Propone también una transformación en el sistema de justicia, enfocada en combatir la impunidad, reformar el Ministerio Público y fortalecer los tribunales. Ha prometido recuperar empresas estatales estratégicas, como la ENEE, y garantizar que los servicios públicos de salud y educación estén bajo control del Estado y no privatizados. Moncada insiste en que el país no debe dolarizar su economía y que el lempira debe seguir siendo símbolo de soberanía.

En materia social, apuesta por la protección de los derechos laborales, programas de apoyo para madres solteras, jóvenes sin empleo y adultos mayores. Para las zonas rurales, ha hablado de impulsar la producción agrícola, mejorar caminos de acceso y fortalecer la asistencia técnica para los campesinos.
Rixi Moncada representa para muchos militantes de Libre la continuidad ideológica del gobierno de Xiomara Castro. Su reputación de lealtad, su vínculo con la familia Zelaya-Castro y su trayectoria en instituciones claves del Estado la han convertido en una de las cartas más fuertes del oficialismo.
Para sus seguidores, es una mujer preparada, de origen humilde y con compromiso social. Para sus detractores, simboliza la concentración de poder y la continuidad de un proyecto político familiar.
A medida que se acercan las elecciones, su nombre se mantiene como uno de los protagonistas del escenario político.

