TEGUCIGALPA, HONDURAS. El Departamento de Justicia de los Estados Unidos, presentó en 2020, cargos contra el exjefe de la Policía Nacional de Honduras, Juan Carlos Bonilla Valladares, conocido como «El Tigre Bonilla».
Los fiscales del Tribunal del Distrito de Sur de Nueva York anunciaron una acusación contra «El Tigre Bonilla», el pasado 30 de abril del 2020.
Cargos por los que acusan a Bonilla
Según un fiscal del Estado, «El Tigre Bonilla» abusó de su poder al frente de la Policía Nacional para violar la ley y facilitar el tráfico de cocaína.
Bonilla, además, permitió el uso de armas como ametralladoras, para proteger los cargamentos de cocaína y el uso de violencia extrema, incluso el asesinato de un narcotraficante rival, según la acusación.
También, se le acusa de conspirar para importar cocaína a Estados Unidos en nombre del expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández y su hermano, el excongresista «Tony» Hernández.
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Los fiscales del Distrito Sur de Nueva York han dicho que Bonilla permitió que los cargamentos de drogas pasaran por los puestos de control policiales sin inspección. Asimismo, les dio a los carteles información sobre las operaciones de interdicción aérea y marítima de la policía para que pudieran evadirlas.
Cuando se anunciaron los cargos el año pasado, Bonilla negó ser narcotraficante.
Un informe policial interno en Honduras, acusó una vez a Bonilla de liderar escuadrones de la muerte y participar en tres asesinatos o desapariciones forzadas entre 1998 y 2002. Fue procesado por un asesinato, pero fue absuelto en 2004.
Bonilla lideró la Policía Nacional de Honduras en mayo de 2012 por ordenes del presidente Porfirio Lobo, hasta diciembre de 2013. Hernández cuando asumió la presidencia, lo destituyó de su cargo.
Informe de la DEA
La agente especial a cargo de la DEA, Wendy Woolcock, habla de como Bonilla utilizó su posición para ser partícipe de actos ilícitos.
«Aquellos que trabajan para él protegían violentamente a los narcotraficantes políticamente conectados que contrabandearían cocaína con destino a los Estados Unidos. Como se alega, esta fue una violación flagrante y horrible del juramento de Bonilla para proteger a los ciudadanos de Honduras», declaró Woolcock.
Para Woolcock, la presentación de estos cargos es otra acción positiva tomada por los Estados Unidos para llevar a los funcionarios corruptos ante la justicia.
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