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miércoles, julio 17, 2024

El Salvador también se alarma por la cantidad de suicidios: más de 1,300 en tres años

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Al igual que en Honduras, el aumento de suicidios entre los ciudadanos de El Salvador es alarmante. Solo durante enero de 2019, 18 personas se quitaron la vida.

Sin embargo, la mayoría tenía 65 años o más. Tal cual fue el caso de José Enrique Emestica, el sexagenario que el pasado miércoles se lanzó de un puente en la vía conocida como la carretera de Oro, según publicó de laprensagrafica.com.

Las estadísticas del Instituto de Medicina Legal (IML) del país vecino revelan que en los últimos tres años 1,327 personas se suicidaron. Esto sucedió entre enero de 2016 y diciembre de 2018.

En los casos anteriores, el rango de edad que más número de casos registra es el comprendido entre los 20 y los 24 años (168 suicidios), el de los adultos mayores no hizo sino incrementar en ese período: en 2016 hubo 39 casos, en 2017 48 y en 2018 sumo a 56.

Por lo tanto, los datos del IML dan cuenta de 151 suicidios de jóvenes entre los 25 y los 29 años, para ocupar el segundo lugar; y en tercer lugar, con 143 suicidios, está precisamente la tercera edad.

LEA: En Honduras los casos de personas que se quitan la vida aumentaron en un 22% según Observatorio de la Violencia

Opinión de expertos

De acuerdo con la psiquiatra Xenia Durán, una de las expertas del área de salud mental del Hospital Nacional de Niños Benjamín Bloom (HNNBB), dijo: «La mayoría de los trastornos psiquiátricos de la adultez tuvieron su origen antes de los 14 años».

Por lo general, aseguró Durán, es difícil darse cuenta o aceptar una realidad como el hecho de que un adolescente no esté gozando de una buena salud mental, porque con frecuencia sus conductas se asocian al desarrollo, se minimiza su hiperactividad y con ello se justifica mucha de su rebeldía. Sin embargo, agregó, las señales que presenta una persona con ideas suicidas son evidentes.

Mientras que Adolfo Vidal, gerente de proyectos de la organización no gubernamental Plan International, afirmó: «Nadie se va sin dar previo aviso sintomatológico».

Según él, es relevante tener en cuenta que una persona no se suicida cuando está en la cúspide de su depresión, sino cuando va de subida o de bajada, «porque necesita la energía suficiente para cometer el acto», explicó.

«Para cometer un acto suicida se necesita valor. No es, como dicen, ‘un acto cobarde’. No es solo cuestión de decir: ‘tomó la salida más fácil’. Si uno se pone en los zapatos del suicida, el valor que requirió cometer el acto no es algo fácil. Por ejemplo, en los varones la forma más frecuente es el ahorcamiento y en las mujeres es la ingesta de pastillas», anotó Durán.

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