Liverpool, Inglaterra.- Anfield parece, definitivamente, inexpugnable. 20 meses lleva el Liverpool sin caer en su estadio en Premier League.
Asimismo, hoy ante un Arsenal que ha ido a más durante toda la temporada, despidió el año con una goleada que nadie esperaba.
Cinco goles, tres de Roberto Firmino, que llevaba 11 jornadas sin marcar pero que hoy ha estado de dulce, que se convirtieron en una auténtica bofetada para el proyecto de un Emery que no debería perder ni un ápice de confianza en la idea que tiene para el equipo.
El problema es que cuando pita el árbitro, el Liverpool se convierte en un cañón. Sale a rugir, a comerse al rival desde el minuto uno y a encerrarle en su propio área para meterle el miedo en el cuerpo. Y lo bueno es que no importa quién tenga enfrente, ya sea el PSG o el modesto Southampton.
Así lo hizo contra el Arsenal
Para ello estaba preparado Emery, que diseñó un sistema táctico para adaptarse a los reds además de exigirle una presión constante a sus hombres.
La jugada le salió bien en un principio, y fruto de ello llegaron dos errores en la salida de balón que terminaron costándole al Liverpool un gol en contra de Maitland-Niles a los 10 minutos, pero al final parece casi imposible contener la efervescencia del equipo de Klopp.
Ni dos minutos tardó Firmino en aprovechar una serie de rebotes para recuperar el empate en el marcador, y apenas 60 segundos más tarde ya se había inventado una jugada de fantasía driblando a varios centrales para poner a los suyos por delante.
El tanto gunner había desatado el caudal de los locales, que poco más tarde verían cómo un pase tremendo de Robertson a la espalda de la defensa lo orientaba generosamente Salah hacia un Mané que solo tuvo que batir a placer a un Lenoque apenas había podido hacer nada ante lo que se le estaba viniendo encima.
Tampoco cuando el egipcio le fusiló desde los once metros justo antes del descanso, ni cuando volvió a hacerlo desde el punto de penalti Firmino en la segunda mitad.
Dos penaltis muy rigurosos que terminaron de condenar a un Arsenal sentenciado que ya ve cómo el United puede empezar a amenazar su quinto puesto.
