Oscar Aníbal Puerto Posas
La Fundación Democracia sin Fronteras (FDsF), es una organización civil, de interés público, carácter privado, sin fines de lucro, con patrimonio propio y reconocimiento legal. Su misión es fortalecer la democracia y contribuir a la mayor promoción de la transparencia, rendición de cuentas, justicia ambiental y a la protección y defensa de los derechos humanos. En cumplimiento de ese hermoso cometido, presentó en septiembre de este año, ante una selecta concurrencia, el “Informe de Producción Legislativa y Manejo de Recursos Públicos. Correspondiente a la Primera Legislatura Enero 2014 – Enero 2015”.
FDsF, es la única institución que realiza tan importante veeduría. La función legislativa es de magna importancia. Sin ella no hay Estado de Derecho, ni Democracia. El documento al que hacemos alusión presenta información, no del todo alentadora, a los propósitos indicados. En el período legislativo de estudio, cuatro diputados propietarios electos ejercen funciones en el Poder Ejecutivo, siendo sustituidos por diputados suplentes. Debería impedírseles este cambio de funciones, desligadas del ámbito legislativo. Fueron elegidos como diputados(as) y como tales deben permanecer durante el período constitucional para el que fueron electos. No concibo que sean genios insustituibles. Dentro del partido al que pertenecen deben de haber profesionales con igual o mayor calificación que la de ellos.
El informe revela situaciones más patéticas que la anteriormente denunciada. Según este documento, hay diputados y diputadas “con ninguna productividad”. Es un eufemismo para calificar la nulidad. Durante un año, han ocupado una curul para no ir a hacer nada. Lo que se llama nada. Sin embargo, han tenido la presteza de cobrar emolumentos altos considerando el nivel de vida del resto de la población: cincuenta y cinco mil lempiras mensuales. La cifra de diputados y diputadas con “ninguna productividad” es conmovedora: 38%. Hombres y mujeres que sufren de amnesia. Se han olvidado del elector, de las necesidades no satisfechas de las personas que los llevaron a ocupar una curul en el Congreso Nacional. Duele, pero la verdad está dicha: cero mociones, cero proyectos de leyes.
En tanto, la producción legislativa se imbrica en el número de diputados por cada departamento. Otra variable se establece en el desarrollo cultural de cada departamento del país. Francisco Morazán tiene 23 diputados. Casi todos sus diputados(as) ostentan calificaciones universitarias. Por eso han producido 152 proyectos de Ley y 15 mociones. Le siguen Cortés, Atlántida y Choluteca. En el caso de estos últimos, hay que considerar que cuentan con 8 y 9 diputados respectivamente. Al extremo está Intibucá. Tres diputados con un porcentaje de cero por ciento. Todos ellos con formación educativa endeble.
Los diputados con mayor cantidad de Producción Legislativa (período enero 2014 – enero 2015) son: Marco Antonio Andino Flores (PL – R.I.P.), Augusto Cruz Ascencio (DC), Renán Inestroza (PN) y Waldina Paz (PL).
Un punto sensitivo son las asignaciones de subsidios, que el informe denomina “Fondo de desarrollo departamental”. La mayor cantidad de subsidios fueron manejados por diputados(as) de los partidos tradicionales, y no se le otorgaron subsidios al PINU, ni LIBRE, ni UD y al Partido Anticorrupción y Democracia Cristiana se les entregaron cincuenta mil lempiras a cada uno a través de un diputado propietario de cada partido, lo que equivale a un 3% de los subsidios entregados a Congresistas Propietarios. (Conclusión No. 13 del Informe).
Entre tanto, al límite de lo demencial, 85 diputados(as) aspiran a reelegirse. Pese a su inepcia y poca productividad legislativa. ¡Vaya desfachatez!
Llamaré la atención del lector sobre la mayoría aplastante del sexo masculino, aun cuando según recientes cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), Honduras tiene 8.6 millones de habitantes, de los cuales 4.4 millones son mujeres y por consiguiente 4.2 millones de habitantes son hombres. (TIEMPO, 5/X/2015). La mayoría poblacional femenina debería reflejarse en el Congreso Nacional por justicia y por derecho. Ardua, dura, titánica y compleja lucha le espera al movimiento feminista hondureño que no debe aceptar más promesas engañosas..
Tegucigalpa, M.D.C., octubre de 2015
