BARCELONA — El Barcelona respondió con rapidez al acercamiento del PSG a Iván Rakitic trasladando al futbolista croata la decisión de mejorar su salario para evitar cualquier contratiempo en esta recta final del mercado.
Esta mejora prometida al internacional croata se pretende solventar en el Camp Nou antes de acabar el año y provocaría (ese es el deseo del Barça) un aumento considerable de su cláusula de rescisión, fijada actualmente en 143 millones de dólares y que el club pretendería equiparar con los últimos acuerdos de vestuario, tal como Sergi Roberto, que firmó con una cláusula de 576 millones, o de la última mejora a Busquets, que firmará en septiembre con idéntica cifra liberatoria.
Bajo contrato hasta junio de 2021, el mediocampista firmó una renovación en marzo de 2017 que con el paso del tiempo, las posteriores mejoras de varios compañeros y el fichaje de Coutinho, quedó desfasado en la plantilla.
A pesar de que nunca alzó la voz exigiendo mejora alguna, su magnífico rendimiento en el Mundial de Rusia con la selección croata, subcampeona; acabó por colocarle en el escenario y este lunes se conoció que el PSG estaba dispuesto a hacerle una oferta para incorporarle. Sin esperar acontecimientos, sin embargo, desde el Barcelona se tomó la decisión de mejorar sus condiciones económicas.
El PSG, que sigue amenazado con incumplir el fair play financiero impuesto por la FIFA, no está en condiciones de hacer frente a esos 143 millones de dólares que marcan su cláusula de rescisión y para poder plantearse el fichaje de Rakitic estaría obligado tanto a aligerar su plantilla, volviendo a rumorearse una posible venta de Di María para tener margen de maniobra… Y existe el convencimiento de que en el Parque de los Príncipes se sigue trabajando en un fichaje de primer orden para reforzar el centro del campo, siendo Rakitic el mejor colocado.
INDISCUTIBLE
En el Barça, sin embargo, la discusión tiene corto recorrido. Por más que en las últimas hora existieron voces que se mostraron comprensibles a facilitar la salida del croata si era a través del pago de su cláusula, en el seno del club se conoce que su ascendente en el vestuario y a ojos de Valverde le convierte en poco menos que indiscutible.
Y por más que exista confianza ciega en las incorporaciones realizadas por el área deportiva, personificadas en Arthur o Vidal e incluso en la posibilidad de un
último fichaje, el entrenador no acogería de buen grado perder en el mismo verano a dos piezas trascendentales en el centro del campo, después de la marcha de Andrés Iniesta.
