Cando Karen Garsee recogió a su hija de cinco años de la guardería en septiembre, no estaba preparada para lo que Kaylee le iba a contar.
Los niños de la escuela no jugaron hoy conmigo. ¿Por qué? Porque soy morena.
Esas palabras golpearon directamente al corazón de Garsee. Siendo blanca, no supo qué decirle a su hija para que se sintiera mejor. En ese momento, lo único que se le ocurrió fue abrazarla.
«No pensaba que los niños a esa edad pensaran que otros chicos fueran diferentes”, cuenta Garsee.
No sería la última vez que sus compañeros de colegio no querrían jugar con Kaylee.
«Vivimos en el sur y el racismo sigue estando ahí”, comenta.
Una encuesta de CNN/Kaiser Family Foundation sobre la diversidad y la realidad revela que casi la mitad (49%) de la población de Estados Unidos considera que el racismo es un gran problema en la sociedad. Solo por comparar, en 2011 el porcentaje era del 28%. Y en 1995, poco después del juicio de O. J. Simpson y un par de años después de los disturbios raciales en Los Angeles, el 41% opinaba que el racismo era un gran problema en la sociedad.