Redacción. El exdirector de una escuela primaria de la provincia de Gansu, en el noroeste de China, fue ejecutado el pasado 7 de noviembre mediante la inyección letal, tras ser condenado a muerte por violar y abusar sexualmente de menores, según informan hoy medios locales.
Zhang Longji fue sentenciado a la pena capital por violar a cinco niñas de entre 8 y 12 años y abusar sexualmente de otras 17 de entre 8 y 14 años, delitos que cometió durante sus etapas como responsable de enseñanza y disciplina y luego como director en una escuela primaria local del condado de Jingning, informó el medio local China Daily.
El Tribunal Popular Intermedio de la ciudad de Pingliang declaró a Zhang culpable de violación y lo condenó a muerte «debido a la gravedad de sus crímenes».
A pesar de la apelación de Zhang contra la sentencia, el Tribunal Popular Superior de la provincia la rechazó, confirmando la pena máxima.
Las autoridades educativas locales han iniciado la asistencia y el apoyo a las estudiantes afectadas, aunque los detalles específicos se mantienen confidenciales debido a la implicación de menores, informa China Daily.
Protección para los niños
El pasado mayo, el Tribunal Popular Supremo de China informó de la ejecución de tres reos en un mismo día, todos acusados de violar a varias niñas y adolescentes.
El Tribunal explicó entonces en un comunicado que los tribunales «siempre han otorgado gran importancia a la protección de los derechos e intereses de los menores, y han aplicado la pena de muerte a un número muy reducido de delincuentes que han cometido delitos particularmente atroces y delitos extremadamente graves», contra los que «nunca mostrarán indulgencia».
Las autoridades chinas no facilitan datos oficiales sobre el número de condenados a muerte, pero en su informe anual de 2022, la organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional apuntó que «se cree que se llevaron a cabo miles de ejecuciones» en el país.
La violencia contra mujeres y niñas es una violación grave de los derechos humanos y el derecho de las mujeres a vivir sin violencia está recogido en acuerdos internacionales. En el ámbito mundial, solo el 40 % de las mujeres busca ayuda tras sufrir violencia, lo que obliga a las instituciones a promover políticas de prevención y ayuda.