WASHINGTON. Estados Unidos inició este lunes las pruebas en humanos de una vacuna contra el coronavirus.
El ensayo, que se llevó a cabo en el Instituto de Investigación de Salud Kaiser Permanente Washington en Seattle, involucrará a 45 voluntarios jóvenes y sanos que recibirán inyecciones de la vacuna.
Cinco estados, entre ellos Nueva York, anunciaron medidas estrictas para restringir el movimiento de sus ciudadanos ante el crecimiento exponencial del número de casos, que según las cifras oficiales asciende a 3.487 en todo Estados Unidos, con al menos 68 muertes relacionadas con la enfermedad.
EE.UU. LA PRIMERA PRUEBA EN HUMANOS
Es la primera vez que las autoridades sanitarias de EE.EE. administran una vacuna desarrollada específicamente para hacer frente a este brote de coronavirus. La misma es conocida como RNA-1273.
«La fase 1 de la prueba clínica para evaluar una vacuna en investigación diseñada frente a la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19) ha empezado», anunciaron en un comunicado los Institutos Nacionales de Salud (NIH en inglés) de EUA.
La vacuna fue desarrollada por la compañía Moderna y los Institutos Nacionales de Salud, que también está financiando el ensayo. El objetivo es examinar si muestra efectos secundarios preocupantes, preparando el escenario para ensayos más grandes este año. Se espera que tome de un año a 18 meses validar completamente cualquier vacuna potencial.
La vacuna se administrará en esta primera fase a un total de 45 voluntarios. Todos ellos son adultos sanos de entre 18 y 55 años de edad. Participarán a lo largo de seis semanas en el experimento, destinado a evaluar diferentes dosis del producto para comprobar su seguridad.
Los ensayos sobre vacunas
Las vacunas no contienen el virus por lo que es improbable que los participantes se infecten, o incluso una versión atenuada del mismo, como lo hacen las vacunas tradicionales como la MMR.
En cambio, la vacuna utiliza ingeniería genética inteligente para aprovechar las células del cuerpo para producir pequeños trozos de virus que luego son reconocidos por el sistema inmune. La inyección lleva un tramo específico de ARN mensajero que contiene las instrucciones para construir el receptor en la superficie del virus que permite que el sistema inmune lo identifique.
En teoría, si este ARN sintético se inyecta en una persona, debe ingresar a sus células. Una vez allí, programar su maquinaria interna para producir proteínas que se vean exactamente como el receptor en la superficie del virus. Estos receptores flotantes desencadenarían el sistema inmune sin causar enfermedad.
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Incluso si las pruebas de seguridad iniciales van bien, «estás hablando de un año a un año y medio» antes de que cualquier vacuna pueda estar lista para su uso generalizado, según Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas del NIH.
Diferentes enfoques
Otros laboratorios del país y de todo el mundo están tratando de desarrollar una vacuna contra el nuevo coronavirus, partiendo de diferentes enfoques. En el caso de la inoculación probada por el NIAID, se ha desarrollado gracias a estudios previos sobre los coronavirus que ocasionaron las epidemias de SARS y MERS.
Según el Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de EE.UU. (NIAID), que forma parte de los NIH y ha desarrollado la vacuna junto a la compañía de biotecnología Moderna, el proyecto de inoculación frente al coronavirus ha tenido resultados prometedores en modelos animales.
Moderna es uno de los varios equipos financiados por la Coalición para las innovaciones en preparación para epidemias (Cepi), que se creó hace tres años después de la epidemia de ébola, que mató a 11,000 personas.
Vacuna contra el Covid-19; mucho más rápido
A pesar de que una vacuna contra el Ébola (más tarde se demostró que era casi 100% efectiva) que se desarrolló durante una década, no se implementó hasta más de un año después de la epidemia.
Esta vez, las cosas se han movido mucho más rápido. Inovio Pharmaceuticals, también respaldado por Cepi, tiene como objetivo comenzar las pruebas de seguridad de su vacuna candidata el próximo mes en unas pocas docenas de voluntarios en la Universidad de Pensilvania y en un centro de pruebas en Kansas City, Missouri. A este le seguirá un estudio similar en China y Corea del Sur.
La coalición también está financiando al equipo de la Universidad de Queensland, Australia. También a CureVac, la compañía alemana que, según los informes, Donald Trump ofreció «grandes sumas de dinero» por los derechos exclusivos de la vacuna.
