TEGUCIGALPA, HONDURAS. En el período de tiempo entre noviembre del año en curso y febrero de 2021, los alumnos del sistema educativo nacional se someterán a un reforzamiento de los contenidos académicos.
La Secretaría de Educación comunicó que se creó ese proceso con la finalidad de que los estudiantes tengan una comprensión plena de las asignaturas en las que presentan alguna dificultad.
En tal sentido, la institución emitió instrucciones para que cada centro de enseñanza procure robustecer el aprendizaje adquirido por parte de los educandos a nivel nacional, según anunció la viceministra Gloria Menjívar.
«Desde noviembre, los centros educativos deben implementar acciones pedagógicas enfocadas en reforzar los aprendizajes en la lectura comprensiva, escritura creativa y matemáticas», explicó.
Además, agregó que el grado de intensidad del período de reforzamiento tendrá como base los resultados provistos por parte de los profesores sobre el rendimiento de sus pupilos. Las actividad estarán de acuerdo a cada grado y nivel.
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Es oportuno recordar que, desde la confirmación de los primeros casos de COVID-19 en Honduras durante el mes de marzo, se decidió suspender la actividad presenciales en las escuelas, colegios y universidades de Honduras.
La mayoría de los centros educativos han estado cerrados y las clases se mudaron a la modalidad virtual. No obstante, debido a las carencias tecnológicas y de recursos económicos, se ve comprometida la eficacia de la interacción estudiante-maestro.
Docentes temen por su descanso
Ante la resolución de las autoridades gubernamentales, los docentes ya tienen claro su posicionamiento. Fidel García, presidente del Colegio de Profesores de Educación Media (COPEMH), habló al respecto.
Él comentó que la medida le parece muy buena a la agrupación que representa; sin embargo, esa aprobación estaría sujeta a que el reforzamiento no implique aún más trabajo para los docentes o el sacrificio de sus vacaciones.
Edwin Hernández, presidente del Colegio de Pedagogos de Honduras (COLPEDAGOGOSH), también lamentó que la idea pondría en jaque el espacio de descanso para el magisterio.
Además, apuntó que al menos un 46 % de los matriculados necesitarían un refuerzo especial de las cátedras; eso, ya que no han podido conectarse -prácticamente en absoluto- para la educación virtual. Eso representa más de 860 mil estudiantes.
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