Redacción. Ecuador vive una jornada crucial este domingo con el inicio de las elecciones presidenciales, en las que millones de ciudadanos acuden a las urnas para decidir el rumbo del país.
Desde tempranas horas de la mañana, los centros de votación abrieron sus puertas en todo el territorio nacional, permitiendo que los ecuatorianos ejerzan su derecho democrático en un ambiente de expectativa y tensión.
El proceso electoral se desarrolla bajo un fuerte dispositivo de seguridad, especialmente en ciudades donde la violencia y el crimen organizado han aumentado en los últimos meses. Las autoridades han desplegado miles de agentes para garantizar que la jornada transcurra sin incidentes y que los ciudadanos puedan votar con tranquilidad.
Los principales candidatos han hecho un llamado a la participación masiva, instando a los ecuatorianos a expresar su voz a través del voto. «Hoy decidimos el futuro de nuestro país. Es fundamental que todos acudan a las urnas con responsabilidad y esperanza», declaró uno de los aspirantes a la presidencia tras emitir su voto.
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Mientras tanto, organismos internacionales y observadores nacionales supervisan el desarrollo de la elección, asegurando la transparencia del proceso y el respeto a la voluntad popular. El Consejo Nacional Electoral ha reiterado su compromiso con un conteo rápido y confiable, aunque los resultados finales podrían tardar algunas horas en conocerse.
Los ecuatorianos votan en un contexto desafiante, marcado por una crisis económica, inseguridad y descontento social. Sea cual sea el desenlace, estas elecciones definirán el liderazgo que enfrentará los retos del país en los próximos años. Ahora, todo queda en manos del pueblo.
Elecciones en Ecuador
Unos 14 millones de ecuatorianos votan para elegir al próximo presidente, en un país desangrado por la violencia del narcotráfico, endeudado y dividido entre el regreso de la izquierda o la continuidad del actual mandatario Daniel Noboa.
Los primeros sufragantes llegaron a cuentagotas y abrigados por el frío de la capital andina, rodeada de volcanes y a 2,850 metros sobre el nivel del mar. Algunos policías requisaron sus mochilas antes de entrar a los colegios electorales.
«El país se está cayendo. Lo único que pido al presidente entrante es que arregle lo mal que está», dijo Luis Jaime Torres, un comerciante de 28 años, antes de votar en Quito.
Aunque rige la veda para la publicación de encuestas, varias firmas dan como favoritos a dos candidatos opuestos: Luisa González, delfina del expresidente socialista Rafael Correa (2007-2017), y Noboa, el actual gobernante. Todo indica que ninguno tendrá suficiente margen para evitar el balotaje del 13 de abril.
Los ecuatorianos esperan que el próximo gobierno pueda reflotar un país en crisis económica. Además, el país está anegado por la guerra entre una miríada de carteles enfrentados por el botín de la cocaína.
