Tegucigalpa, Honduras. Un informe de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) indica que de la Población Económicamente Activa (PEA), al menos 3.3 millones de hondureños se encuentran desempleados.
El informe, además indica que más del 60% de la población está subsistiendo con salarios precarios. Con los que «consiguen apenas para comer y no para suplir lo necesario», según el jefe del departamento de economía de la Facultad de Ciencias Económicas, Henry Rodríguez.
Asimismo, afirma que «en Honduras existen unas 808, 229 personas con dificultades de acceso al empleo; en la cual están inmersos los desalentados, los desocupados y todas aquellas personas que hayan trabajado menos de diez horas en la semana». La alarmante cifra se debe añadir, según el estudio, a la población subocupada (visibles e invisibles). Los cuales, en 2018 representan 2,570,068.
En conclusión, al sumar estas dos cifras resultan alrededor de 3.4 millones personas con problemas de empleo en el país.
Aumento en el desempleo y subempleo son los principales problemas
El remarcado aumento en el desempleo se observa entre los años 2012 a 2016. Mientras, para los años subsiguientes se observa un decrecimiento en dicha tasa hasta alcanzar el 5.7% en 2018, indica el informe. Además, advierte que dichos datos contrastan grandemente con las cifras registradas en 2009.
«Observándose que a partir de ese año la tendencia del desempleo empieza a crecer hasta acentuarse en 2015. Lo que indica un decrecimiento del nivel de generación de oportunidades laborales después de la crisis política del 2009», concluye el estudio.
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¿Y las políticas públicas?
Según el documento presentado por la Facultad de Ciencias Económicas, las políticas públicas que promueven el empleo temporal terminan siendo un estímulo para la proliferación de la subocupación. En ese sentido, detallan que las mismas son un fenómeno que ha tenido un mayor auge a partir de las políticas anticrisis implementadas en 2010.
En el caso específico del empleo por horas, afirman que esta medida causó que una gran cantidad de puestos trabajo se precarizaran. Lo anterior, en términos de tiempo, productividad y remuneración.
Por otra parte, las políticas públicas de generación de empleo han agravado la brecha en lo que corresponde a la participación por sexo. En conformidad, las mujeres todavía no tienen los niveles de participación laboral que merecen, se lee en el documento.
Lo anterior, pese a que el Estado afirma que las últimas políticas se han focalizado en atender a la población más vulnerable del país como las mujeres y los jóvenes, no se han alcanzado los resultados que se esperaban.
Como consecuencia, de las políticas públicas «una proporción considerable de la población hondureña se mantenga cautiva en un círculo vicioso de la subocupación, pobreza y exclusión social», sostiene el informe.
Hondureños reciben ingresos menores al salario mínimo
Además del desempleo y la pobreza, los salarios que perciben gran parte de hondureños es inferior al salario mínimo. Este último, acordado entre Gobierno, sector obrero y empresarios. También, recuerdan que el salario mínimo establecido es menor al precio de la canasta básica en el país.
«Gran proporción de la fuerza laboral ocupada en Honduras perciben ingresos por debajo del salario mínimo vigente. Esta situación provoca que la calidad del empleo vaya en detrimento. A pesar de que, en los últimos años el salario mínimo nominal ha registrado un crecimiento superior al presentado por la inflación en el mismo periodo. Este, no ha podido ser suficiente para cubrir el costo de la canasta básica de alimentos; dado que la brecha aún sigue siendo significativa», específica la investigación de la Facultad de Ciencias Económicas.
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