EL PROGRESO, YORO. La noche de descanso de dos hombres se vio interrumpida cuando encapuchados que vestían indumentaria de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) llegaron a su hogar en la aldea El Bálsamo para raptarlos y luego ejecutarlos.

Las víctimas respondían en vida a los nombres de Óscar Fabricio Garmendia, de 27 años de edad. Garmendia trabajaba como guardia de seguridad en una tienda sampedrana y estaba casado con la hermana de la otra víctima, Darwin Josué Rodríguez Almendárez, de 25 años de edad, quien se dedicaba a la venta de accesorios para celulares.

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EL HECHO

Según información brindada por medios locales, cinco hombres encapuchados que vestían uniforme de la DPI llegaron a la casa en un vehículo tipo pick-up color gris. Posteriormente se bajaron del mismo y con una herramienta pesada rompieron el candado del portón principal. Mientras lo hacían, los falsos agentes dijeron que «se trataba de un operativo y que los buscaban para investigación”.

Al ingresar al inmueble tumbaron a patadas la puerta de uno de los dormitorios. Sacaron a los dos hombres que se encontraban adentro; los amarraron de las manos con abrazaderas plásticas y los tiraron al suelo.

Una vez sometidos, según dijeron familires de los ahora occisos, pretendían llevárselos en el vehículo descrito anteriormente, pero Darwin Josué se resistió cuando pretendían subirlo al carro. Ante eso, los victimarios comenzaron a golpearlo brutalmente y luego lo acribillaron en el patio de la vivienda. Su cuerpo quedó inerte en el mismo lugar.

En cambio, mientras Óscar Fabricio llevaban estaba en parte trasera del automóvil, en medio del temor, sus familiares le gritaron que se lanzara y, cuando lo hizo, los delincuentes le dispararon en la calle.

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El pasado jueves 8 de noviembre, a eso de las 10:00 de la noche, cuatro sujetos con pasamontañas raptaron a una fisicoculturista de nombre Leyla Sarahí Ebanks que residía en la colonia Planeta. Lo anterior, en presencia de su pequeña hija que desesperada les rogaba a los sicarios «no la maten», mientras miraba como se le llevaban.

Finalmente, Leyla Sarahí Ebanks fue ejecuta. Su cuerpo lo encontraron el lunes 12 de noviembre flotando en las aguas de un crique que conecta con San José del Boquerón, sector Ticamaya, un sector de difícil acceso.

Los característicos tatuajes de Ebanks y la ropa que portaba ayudaron a confirmar a los parientes que sí se trataba de ella.

A Leyla la encontraron señales de tortura: decapitada, atada de manos, un trapo amarrado a su cabeza y además un seno cercenado.

Tras el hallazgo, el cuerpo de la muchacha fue llevado a la morgue sampedrana. Allí se le realizaron una serie de exámenes forenses.

Denuncia

Los parientes dijeron que al enterarse del secuestro, fueron a interponer la denuncia a la Policía; pero les dijeron que no podían actuar mientras no pasaran las 24 horas, pese a no ser una denuncia cualquiera.