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jueves, abril 18, 2024

¿Dónde tienes el dolor de estómago? Su ubicación te da pistas

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REDACCIÓN. Un cólico o un problema digestivo banal suele ser la primera sospecha, pero muchas veces el origen del dolor abdominal está muy alejado del área donde se percibe la molestia.

Cualquier detalle puede servir para ayudar al especialista o al médico de urgencias a saber de qué se trata, en especial porque el mal suele ser todo un reto para el diagnóstico.

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Lo más habitual

En un alto porcentaje de casos, el dolor se debe a una:
  • Gastritis aguda. La mucosa que recubre el estómago se irrita, causando dolor, náuseas o inapetencia.
  • Enterocolitis. El tubo digestivo se inflama y da dolor junto con diarreas y, a veces, gases, vómitos y fiebre.
  • Úlcera. Un dolor punzante que se alivia al comer puede avisar de esta lesión en las paredes del estómago.
Muchas veces la molestia es demasiado fuerte.
Muchas veces la molestia es demasiado fuerte.
Si duele la zona central

Cuando el dolor se localiza en la zona del centro del abdomen, suele proceder del estómago o el tubo digestivo. Desde unos simples gases, una mala digestión o un eventual estreñimiento a trastornos más serios como una obstrucción intestinal, una hernia o una úlcera en un órgano o en la pared abdominal.

En la parte alta

Si el dolor se ubica en el epigastrio (el prefijo «epi» viene del griego y significa «encima»), suele ser el resultado de la hinchazón del estómago, el páncreas, la vesícula biliar o el duodeno.

El malestar puede deberse simplemente a que ha sentado mal algún alimento, pero también a una pancreatitis (inflamación del páncreas) o una úlcera péptica gástrica o duodenal (una llaga abierta en el estómago o el duodeno que irradia a la espalda).

Además, puede causar un tumor localizado en algún órgano de la zona (sobre todo de páncreas), aunque en estos casos no se suele notar de forma brusca.

Alrededor del ombligo

Cuando el malestar se concentra en el mesogastrio (de «meso» o «medio») o alrededor del ombligo y el vientre está hinchado, lo más probable es que lo provoque una inflamación (distensión) del intestino delgado. Por ejemplo, una enteritis o una colitis producida por infecciones o tóxicos, que a su vez daña las paredes del tubo digestivo.

Las causas más frecuentes son los trastornos funcionales del intestino o del colon, como el síndrome del colon irritable.

No asociar los dolores a algo grave puede ser tu primer error.
No asociar los dolores a algo grave puede ser tu primer error.
Molestias en la zona más baja del estómago

En este caso, podría tratarse de alguna anomalía en el colon y el recto. Las patologías más habituales en esta ubicación (el hipogastrio, con el sufijo «hipo» que significa «debajo») son la enterocolitis, el síndrome del colon irritable, las hernias, determinados problemas en las vías urinarias o bien patologías en el aparato reproductor.

Lo notas en el lado derecho

Los dolores en el cuadrante superior derecho del estómago suelen originarse en el hígado o la vesícula. Si es en el inferior, se sospecha del apéndice. Cuando la molestia aparece de forma contundente en el costado superior o inferior derecho del abdomen, los médicos comprueban si puede deberse a una de estas patologías comunes:

Cólico biliar. Se trata del dolor provocado por la obstrucción de la vesícula biliar o de sus conductos de drenaje por presencia de piedras (colelitiasis). Suele surgir inmediatamente después de la ingesta de alimentos grasos y prolongarse con mucha intensidad hasta dos horas más tarde.

Si la obstrucción se alarga, aparece la colecistitis, una inflamación de la vesícula cuyo dolor no cede con el paso de las horas y que en general se acompaña de vómitos y fiebre. Asimismo puede irradiarse hacia la espalda y el hombro derecho.

Hepatitis aguda. Consiste en la inflamación del hígado causada por los virus A, B o C o bien por una intoxicación de medicamentos o de alcohol.

En general, no duele, aunque en algunos casos puede manifestarse con un dolor suave en el hipocondrio derecho e ir asociada a la presencia de ictericia (tono amarillento de la piel), fiebre baja y fuerte sensación de cansancio.

Apendicitis. Cuando el apéndice se inflama el dolor se inicia difusamente (sobre todo alrededor del ombligo o epigastrio) y a medida que se va intensificando se desplaza al cuadrante inferior derecho del abdomen. Es habitual que se combine con fiebre, vómitos y falta de apetito.

¿Afecta a la parte izquierda?

El dolor en este costado no suele asociarse a trastornos específicos. Normalmente aparece por disfunciones en otras localizaciones.

El lado izquierdo del abdomen con frecuencia duele porque irradia de órganos contiguos de la zona central, o como consecuencia de dolencias ginecológicas (como un quiste en el ovario izquierdo) o urológicas (el cólico nefrítico sería la más común).

Saber la ubicación exacta del dolor es importante para el diagnóstico.
Saber la ubicación exacta del dolor es importante para el diagnóstico.

Diverticulitis aguda. Se trata de la principal patología abdominal específica de esta zona. Ocurre cuando se inflama un divertículo, una pequeña bolsa que se forma en la pared del intestino grueso (colon), normalmente en personas mayores de 60 años.

En el 70 % de los casos, el dolor (que dura varios días y suele acompañarse de fiebre) se manifiesta en el cuadrante inferior izquierdo del abdomen.

Trastornos del bazo. Este órgano está ubicado justo debajo de la caja torácica en el lado izquierdo, sobre el estómago.

El problema más frecuente es la esplenomegalia (un bazo agrandado), generalmente por hipertensión portal (un aumento de la presión sanguínea en la vena porta, que lleva la sangre desde el intestino hasta el hígado). En ocasiones, duele en la parte superior izquierda del abdomen y puede extenderse al hombro.

Rotura del bazo. Aunque es infrecuente, sentir un dolor abdominal súbito en el lado superior izquierdo puede indicar una rotura en la superficie de este órgano.

Suele ocurrir por un fuerte golpe en el abdomen (típicamente por un accidente de tráfico o una lesión deportiva). Es una emergencia médica ya que puede provocar un sangrado interno potencialmente mortal.

Fuente: Saber Vivir.


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