Redacción. Donald Trump, presidente de Estados Unidos, intensificó este fin de semana sus advertencias sobre una posible intervención federal en Chicago, Illinois, alegando que la ciudad enfrenta una crisis de inseguridad.
El republicano recurrió a su red Truth Social para criticar directamente al gobernador demócrata J. B. Pritzker, acusándolo de rechazar la ayuda federal mientras aumentan los índices de violencia.
Trump difundió cifras de homicidios y ataques con armas de fuego, y aseguró que la situación es insostenible.
“Seis personas fueron asesinadas y 24 baleadas en Chicago el fin de semana pasado, y JB Pritzker, el débil y patético gobernador de Illinois, acaba de decir que no necesita ayuda para prevenir el crimen”, escribió. Luego advirtió: “Mejor que lo solucione, rápido, o iremos en camino”.

Respuesta del alcalde
En respuesta, el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, firmó el sábado una orden ejecutiva que prohíbe a los departamentos locales colaborar con agentes federales en patrullajes o en la aplicación de leyes de inmigración. La medida busca anticiparse a un eventual despliegue militar, como el que Trump ya ha sugerido.
Johnson defendió la iniciativa, denominada “Protegiendo a Chicago”, y explicó que busca salvaguardar los derechos de los habitantes frente a posibles abusos federales.
“No queremos ver tanques en nuestras calles. No queremos familias destrozadas ni ciudadanos acosados por agentes sin identificar”, advirtió. Recalcó que la ciudad usará todas las herramientas legales disponibles para frenar la militarización.

La orden ejecutiva también instruye al Departamento de Leyes de la ciudad a actuar contra cualquier violación constitucional derivada de medidas impuestas por la Casa Blanca. Johnson aseguró que este paso está alineado con la postura del gobernador Pritzker, quien ha criticado el intervencionismo federal en asuntos locales.
También adelantó que mantiene comunicación con otros líderes demócratas, incluidas autoridades de Los Ángeles, para prever escenarios si se concreta un despliegue de fuerzas federales.
La confrontación entre la Casa Blanca y el gobierno local de Chicago podría derivar en un nuevo pulso político entre Trump y el Partido Demócrata. Los derechos civiles y la seguridad pública serían el telón de fondo de esta disputa.