LEMPIRA, HONDURAS. La señora Facunda Mejía o «Doña Cunda», como le decían de cariño, de 75 años de edad, era un personaje ícono de la comunidad de La Candelaria.
A la anciana la habían reportado como desaparecida desde el día miércoles y la encontraron muerta ayer, jueves, por la tarde.
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Ella era una mujer humilde, que vivía en una vivienda de bloques y solo se acompañaba de su esposo, don Cleto, quien quedó viudo.
Se conoció que doña Cunda no tenía hijos, pero sí sentía el cariño de todos los pobladores de la zona.
En un vídeo difundido en redes sociales, se muestra cuando ella junto a su compañero de hogar están en la vivienda, comiendo.
Mientras tanto, con una sonrisa en su rostro, agradecía a las personas que habían llevado alimentos. «Que el señor mío, Jesucristo, los tenga alentaditos, tenga alentada a la gente porque uno sin gente se aflige, se muere uno», fueron las palabras de la hondureña.
Vídeo:
La encontraron muerta
A doña Cunda la hallaron desmembrada en medio de unos matorrales en el sector de Candelaria, Lempira.
Un poblador encontró el cuerpo semidesnudo, y se percató de que este no tenía brazos ni su pie izquierdo. Además, el cadáver presentaba varios golpes.
Supuestamente, la mataron con arma blanca y además la habrían violado. El cadáver estaba localizado exactamente a unos 100 metros de su vivienda.
La muerte violenta de la anciana ha dejado consternadas a muchas personas, quienes ahora exigen justicia por ella y piden a las autoridades que agilicen el proceso para dar con el paradero del responsable.
«Qué cobardes y qué porquería de ser humano fue el que cometió algo tan atroz. Qué barbaridad, qué feo, una señora de esa edad y tuvieron el valor de hacer eso. Dios ten misericordia de nosotros», indicó una usuaria.
«Y la Policía qué está haciendo, cómo es posible que en un pueblo pequeño que todo se sabe, no puedan saber qué paso. Demuestren autoridades que están trabajando, ojalá que pague quien hizo esa semejante atrocidad», comentó otro.
«Sin palabras lo que han hecho con ella, era un amor de persona, ahora solo queda su esposo con el dolor y trauma seguro de lo que ha pasado. Cuando ellos se casaron, mi papá les preguntó qué querían de regalo y decían que una Coca Cola. Yo estaba pequeña y me quedo con los bonitos recuerdos de cuando ellos llegaban a visitarnos», relató alguien más.
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