Documental británico: Prisión hondureña entre las más peligrosas

La serie documental está disponible en Netflix.

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SAN PEDRO SULA.- Una serie documental estrenada en el 2016 por el canal británico Channel 5 busca clasificar las prisiones más peligrosas del mundo.

Inside the World’s toughest prisons (Dentro de las Prisiones más Peligrosas del Mundo) se llama la serie que hasta el momento cuenta con 1 temporada de 4 episodios.

El documental es presentado por el periodista irlandés Paul Connolly, quien de manera temeraria se deja «encarcelar» para mostrar cómo funcionan las prisiones más peligrosas del mundo desde adentro.

En el primer capítulo muestran una de las tantas prisiones de Honduras, país que describen como «La Capital Mundial de los Asesinatos».

La prisión que colocan en su ranking es la Cárcel de Danlí, en El Paraíso.

El periodista Conolly es introducido al sistema penitenciario como cualquier otro criminal: se somete a que lo esposen y lo lleven en la paila de una patrulla, a que lo revisen los guardias en paños menores y a vivir entre los reos por una semana.

Los reos controlan esta prisión hondureña

Algunos "coordinadores".
Algunos «coordinadores».

De entrada, el irlandés se lleva una gran sorpresa. Dentro de la prisión, no son los policías los que mandan; un grupo selecto de prisioneros tienen todo el control.

Armados con garrotes, que ondean de un lugar a otro, esta «elite» de prisioneros están encargados de mantener el orden y de proveer seguridad para el resto basados en un misterioso sistema de reglas internas.

Cómo se dio este relevo de poder de policías a reos es un gran misterio, pero lo cierto es que los policías parecen  más bien cómodos con dicho acuerdo.

Prisioneros mandan en prisión

«La prisión de Danlí es la más peligrosa del mundo», escribió luego Conolly en un artículo para The Sun.

«Un grupo selecto de criminales, algunos de los cuales eran violadores, asesinos y narcotraficantes, caminan libremente entre los prisioneros», relató.

A ese grupo selecto se les conoce como «Coordinadores».

La prisión tiene capacidad para 400 prisioneros; pero al momento de filmar el documental albergaba a unos 700.

Apenas 12 oficiales de policía vigilan el perímetro de la Prisión.

«Cualquier cosa puede pasar», le dice el oficial Vallejo a Connolly, «motines, muertes y peleas debido a la sobre población».

En el documental se muestra un poco de cómo funciona el sistema de jerarquía y reglas entre los presos.

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Neri Calero, el «Padrino» de la cárcel.

De entrada, a Connolly lo llevan con el reo que domina toda la cárcel y que es apodado como «El Padrino». Neri Calero es su nombre real y está preso por homicidio.

Sin embargo, ahí adentro lo que el diga es ley. Obliga al periodista a hincarse mientras le explica las reglas.

Calero, además de ser el jefe, vende colchones a los recién llegados y le cobra renta a varios negocios de venta de comida y golosinas dentro de la cárcel.

Pero, según dice frente a las cámaras, todo ese dinero va a los policías.

Entre las cosas más alarmantes que el periodista extranjero observa en su breve estadía dentro de la cárcel es que ante la falta de alimentos, algunos prisioneros optan por comer hasta ratas…En una escena de hecho se ve cómo preparan una.

Además de eso, notó que algunos prisioneros tenían hasta armas de fuego.

La serie documental está disponible en Netflix y en Youtube. En los demás episodios el mismo Paul Connolly visita prisiones de Polonia, México y las Filipinas.