Redacción. La movilidad en San Pedro Sula se ha convertido en una carrera de obstáculos donde la improvisación manda y la autoridad brilla por su ausencia.
En zonas críticas de la ciudad, como frente al Hospital Mario Catarino Rivas, vehículos particulares y autobuses se estacionan como si no existieran normas de tránsito, provocando congestionamientos que ya son parte del paisaje urbano.

Conductores hacen doble fila para dejar o recoger pasajeros, mientras los autobuses permanecen detenidos por varios minutos, esperando llenarse.
El caos empeora en horas pico, cuando además coinciden estudiantes de colegios y universidades cercanas, empleados de negocios de la zona y pacientes del hospital.
Y mientras todo esto sucede, la Gerencia de Prevención, Seguridad y Movilidad Urbana (Presemu) sigue sin mandar a la calle a sus funcionarios.

La ciudadanía ha manifestado su malestar. Aunque entienden que se trata de una zona hospitalaria, exigen que se asignen agentes para agilizar el tránsito.
Pero, sobre todo, exigen que se busquen soluciones sostenibles, como la habilitación de estacionamientos públicos o la reorganización del transporte.
No obstante, en lugar de operativos eficientes, lo que se ve son buses y taxis lavando sus unidades a orillas de la calle, como si fuese su parqueo privado.

Y eso ocurre a plena vista de todos, menos de Presemu, la dependencia que en papel debería estar supervisando el estacionamiento y garantizando el orden vial.
La Sección de Estacionamiento y Control de Vías Públicas, adscrita a Presemu, tiene como responsabilidad regular el uso del espacio público.
Sin embargo, lo que hay en la práctica es permisividad, desorden y una preocupante falta de autoridad.

Otros sectores
Basta recorrer la primera calle o los principales bulevares de la ciudad para confirmar que el problema es generalizado.
Conductores se estacionan sin precaución, provocando frenazos peligrosos y aumentando el riesgo de accidentes.
En redes sociales, los ciudadanos reportan que, en el bulevar del Este, Norte, Sur, pasa lo mismo, y que no ven ninguna acción o propuesta por parte de Presemu.

Y mientras los ciudadanos reportan estas situaciones, el gerente de Presemu, Carlos Andrés Padilla Flores, parece estar más ocupado en andar buscando cámaras en eventos.
Este tipo de problemática mantienen estresados a los conductores, que día a día tienen que enfrentar más de tráfico y ceros soluciones.
La sensación generalizada entre los conductores es de frustración. Afirman que los agentes municipales solo aparecen por unas cuantas horas y luego dejan que el caos vuelva a su programación habitual.
Presupuesto
Con un presupuesto de L234,383,296.05 para 2025, Presemu es una de las dependencias con mayor presupuesto de la Municipalidad sampedrana.
Además, cuenta con 562 empleados repartidos en nueve direcciones y departamentos. Sin embargo, los resultados no se ven.

Padilla Flores es ingeniero agrónomo, sin formación especializada en movilidad urbana. Según fuentes internas, su desconocimiento sobre la ciudad y sus dinámicas ha sido uno de los grandes obstáculos para implementar una estrategia efectiva.

Después de tres años de gestión, lo único constante ha sido la improvisación. La falta de planificación y ejecución se refleja en una ciudad cada vez más invadida por el desorden vial.
Mientras los vehículos siguen estacionándose donde quieren, San Pedro Sula no avanza, pese a ser de las ciudades más importantes del país.
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