Redacción. La rotación de la Tierra, fenómeno que define el ciclo de día y noche, se ha ralentizado gradualmente desde la formación del planeta hace más de 4,500 millones de años.
Actualmente, un día no dura exactamente 24 horas, como suelen enseñar, sino 23 horas, 56 minutos y 4 segundos.
Aunque esta duración varía ligeramente debido a factores estacionales, un nuevo estudio científico revela que, en el transcurso de millones de años, la Tierra podría alcanzar una rotación de 25 horas.
La prolongación de los días se debe principalmente a la interacción gravitacional entre la Tierra, la Luna y el Sol. Este proceso se llama desaceleración de la rotación terrestre.
La gravedad lunar provoca las mareas, cuya fricción con el lecho marino actúa como un freno sutil pero constante en la rotación de la Tierra. Según los científicos, esta interacción alarga el día en aproximadamente 1.7 milisegundos cada siglo.
Las bases
El astrofísico Norman Murray, en su estudio publicado en Science Advances, explica que hace entre 2,600 y 2,000 millones de años un día en la Tierra duraba solo 19.5 horas.
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La rotación se ha ralentizado desde entonces y continuará haciéndolo de manera imperceptible en escalas de tiempo humanas. Para que un día en la Tierra alcance las 25 horas, tendrían que pasar cerca de 200 millones de años, lo que implica que este cambio no afectará a la humanidad actual ni a las generaciones venideras.
El estudio de Murray ofrece una mirada profunda a la historia evolutiva de la Tierra. Igualmente, expone una inspección a la atmósfera, destacando cómo fenómenos astronómicos y geofísicos han moldeado el ritmo de nuestro planeta a lo largo de miles de millones de años.