Redacción. Cada 26 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, una jornada clave para generar conciencia sobre una enfermedad prevenible, pero que sigue siendo una de las principales causas de muerte en mujeres en todo el mundo.
El cáncer de cuello uterino está estrechamente vinculado a la infección por el Virus del Papiloma Humano (VPH), identificado como el principal factor de riesgo. Se estima que al menos el 70 % de los casos están relacionados con los subtipos 16 y 18 del VPH, aunque otras variantes también pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad.
Este virus se transmite por contacto sexual y, en muchos casos, el sistema inmunológico logra eliminar la infección sin mayores consecuencias. Sin embargo, cuando la infección persiste y no se detecta a tiempo, puede dar lugar a lesiones precancerosas que con los años pueden evolucionar a cáncer.
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Barreras en la prevención y acceso a controles
A pesar de que el cáncer de cuello uterino es altamente prevenible mediante la vacunación contra el VPH y el acceso a pruebas como el Papanicolaou y la prueba de detección del VPH, todavía existen barreras que dificultan su prevención en muchos países de América Latina. La falta de información, el acceso limitado a controles médicos y desigualdades socioeconómicas impiden que muchas mujeres reciban un diagnóstico temprano.
En Argentina, por ejemplo, se registran alrededor de 4.700 nuevos casos al año y aproximadamente 2.200 muertes, según datos de Globocan 2022. A nivel mundial, cerca del 90 % de las muertes por cáncer de cuello uterino ocurren en países en vías de desarrollo, lo que resalta la necesidad de fortalecer estrategias de prevención y acceso a la salud.
Síntomas y diagnóstico oportuno
Uno de los grandes desafíos en la lucha contra el cáncer de cuello uterino es que en sus etapas iniciales no suele presentar síntomas. Muchas pacientes acuden a consulta cuando la enfermedad ya ha avanzado, lo que reduce las posibilidades de tratamiento exitoso.
Algunos de los signos de alerta incluyen:
- Sangrado vaginal anormal (fuera del período menstrual o después de las relaciones sexuales).
- Flujo vaginal inusual con mal olor.
- Dolor pélvico o durante las relaciones sexuales.
La prevención como herramienta clave
La mejor forma de prevenir el cáncer de cuello uterino es a través de la vacunación contra el VPH en edades tempranas, preferiblemente antes del inicio de la vida sexual, y mediante chequeos ginecológicos regulares.
Además, la educación sexual integral y el acceso equitativo a servicios de salud son fundamentales para reducir la incidencia de esta enfermedad.
En este Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, se refuerza el llamado a la acción para que más mujeres accedan a la información y herramientas necesarias para proteger su salud.
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