«Quería ser parte de esa fiesta», dijo Warner en una entrevista a una estación de radio en Trinidad y Tobago.
«Nunca he estado tan alegre como entonces, este es el día más feliz de mi vida«, añadió el expresidente de CONCACAF; acusado de fraude telefónico, chantaje y lavado de dinero. En un importante escándalo ventilado en los tribunales de Estados Unidos, que provocó cambios en la FIFA. Además su expulsión del organismo en septiembre de 2015.
Warner aseguró sentirse vengado cuando Trinidad y Tobago venció 2-1 a Estados Unidos el martes. Un resultado que dejó al cuadro de Bruce Arena sin Mundial luego de los triunfos de Panamá y Honduras.
Una pesadilla
El exfuncionario señaló que los estadounidenses «redujeron el fútbol en la Concacaf a una pesadilla». Que han utilizado a su gobierno para ayudar a desmembrar a la FIFA de una manera inimaginable. En el campo de juego Trinidad y Tobago los puso de rodillas».
Warner dijo que sabía que hubo una celebración en Estados Unidos despues de que él fuera suspendido del futbol, y que se complacía en ver el fracaso decepcionante de la selección norteamericana.
Los estadounidenses se perderán su primera Copa Mundial desde 1986.
«Sabiendo que esto ha ocurrido, quería salir y festejar como festejaron ellos en septiembre pasado cuando un juez falló en mi contra. Yo quería ir de fiesta», subrayó el otrora dirigente de Concacaf.