Redacción. El principal aeropuerto británico, Heathrow, cerró por completo el viernes 21 de marzo de 2025, debido a un devastador incendio en una subestación eléctrica cercana. El siniestro provocó un apagón total, paralizando el transporte aéreo a nivel mundial.
Las llamas, visibles desde gran distancia, destruyeron el sistema eléctrico que suministraba energía al aeropuerto. Debido a esto, el generador de reserva quedó inservible, según confirmó el secretario de Energía, Ed Miliband, a la BBC.
La causa del incendio aún se desconoce, según la Brigada de Bomberos de Londres, que movilizó a unos 70 bomberos para extinguirlo. Los analistas de aviación estiman pérdidas de entre 200 y 250 millones de libras (aproximadamente 258 y 323 millones de dólares), considerando los costos directos para las aerolíneas por cancelaciones, desvíos y asistencia a pasajeros.
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Consecuencias mundiales
El apagón en Heathrow, el cuarto aeropuerto más transitado del mundo con 83.9 millones de pasajeros en 2023, tiene consecuencias que se extienden mucho más allá del Reino Unido. Las autoridades aeroportuarias han anunciado que el aeropuerto permanecerá cerrado al menos hasta la medianoche de hoy, anticipando «interrupciones significativas en los próximos días». Se ha pedido a los pasajeros que no se dirijan al aeropuerto, mientras las aerolíneas buscan soluciones alternativas.
Unas 150 personas fueron evacuadas de las inmediaciones y 29 fueron trasladadas a lugares seguros, estableciéndose un cordón de seguridad de 200 metros alrededor del área del accidente.
Según la compañía Cirium, las aerolíneas habían programado 1,334 vuelos y unas 291,000 plazas entre llegadas y salidas para el viernes. Se estima que al menos 256,000 personas sufrieron la cancelación de sus vuelos o el desvío a otros aeropuertos.
El apagón ocurrió en un momento crítico, un viernes, el día de mayor tráfico aéreo semanal, y poco antes de las 2 de la madrugada, hora local, durante el pico de actividad de los vuelos intercontinentales desde Asia y América. FlightRadar24 reportó que al menos 36 aviones dieron media vuelta o fueron desviados, como el vuelo AA20 de American Airlines desde Dallas, que aterrizó en Bangor, Canadá.
Gatwick, el segundo aeropuerto de Londres, ya saturado en condiciones normales, carece de la infraestructura para manejar grandes aviones intercontinentales como los Airbus A350 o Boeing 777, que requieren pistas más largas e instalaciones especializadas.
Se ha aconsejado a los pilotos desviarse a aeropuertos continentales como Bruselas, Colonia/Bonn, Düsseldorf, Ámsterdam y París-Charles de Gaulle.