Deuda pública de Honduras a punto de dejar de ser sostenible

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deuda pública de Honduras
recomiendan una revisión a las exoneraciones fiscales

TEGUCIGALPA. La deuda pública de Honduras asciende a más de 9,326.9 millones de dólares en el primer semestres del 2016, es decir que representa el 46.2 % del PIB, según cifras de la Secretaria de finanzas.

Dichas cifras muestran que el endeudamiento de Honduras ya es insostenible, tomando en cuenta la débil economía del país, tal como lo afirma el ICEFI, que manifiesta su preocupación.

A criterio del director del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), Jonathan Menkos,“La deuda pública de Honduras se ha incrementado en los últimos años, es la de mayor crecimiento en Centroamérica, y ha superado algunos valores críticos que determinan su sostenibilidad”.

Menkos también expresó su “preocupación” por el alto nivel de endeudamiento en que ha incurrido Honduras en los últimos años, en gran parte para financiar el gasto público.

“Para poder tener una sostenibilidad de la deuda y comenzar a disminuirla, el país debería tener un superávit de 2.2% del PIB, eso es un enorme reto”, subrayó.

Sin embargo, se considera que la política fiscal de Honduras  ha disminuido la desigualdad por el lado del gasto, pero ha incrementado la pobreza por la forma en que recauda los ingresos.

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En 8 a 10 años la deuda puede ser insostenible

El economista también adelantó que si Honduras continúa dentro de unos 8 o 10 años con la misma política fiscal, es decir, incrementando la pobreza y desigualdad, se volverá entonces insostenible la deuda.

La política fiscal de Honduras está señalada por  ser “opaca”, ya que no está impulsando al crecimiento económico del país, pues solo se ha enfocado a incrementar las medidas de recaudación tributaria sin cautela, lo que es calificado como medidas agresivas, añadió el entrevistado.

De igual forma otros economistas consultados  instan a Honduras a evitar la contratación de más préstamos externos, porque el pago al servicio de la deuda pública «resta un espacio fiscal» que podría ser destinado a gasto social o inversión.