TEGUCIGALPA, HONDURAS. Con los honores de ordenanza, respeto y reverencia, agentes de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) despidieron en Tegucigalpa a su compañero Jariel Jocsan Zamora, quien murió ayer, viernes, en el cumplimiento del deber en Olancho.
El uniformado, tras su trágico fallecimiento, recibió el ascenso póstumo a clase I y el reconocimiento como héroe policial.
Tras el proceso que demanda la ley, los elementos de la DPI trasladaron hasta las oficinas de la institución el féretro de Zamora. Allí se realizó un acto simbólico de despedida, para reconocer su labor y pedir a Dios por su eterno descanso.
«La familia de la Policía Nacional de Honduras despide a uno de sus valientes hombres que ofrendó su vida al servicio de la ciudadanía hondureña», detalló la DPI en sus redes sociales.
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Asimismo, la DPI posteó un vídeo en Facebook donde se observa a los compañeros del agente realizando la reverencia al féretro, previo a su traslado a su lugar natal. El ciudadano era originario del municipio de El Paraíso, El Paraíso, donde será su velorio y cristiana sepultura.
VEA EL VÍDEO:
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El fallecimiento de Zamora
El agente de la DPI, Jariel Jocsan Zamora, junto a más compañeros policiales y fiscales del Ministerio Público (MP) participaban de una operación en Dulce Nombre de Culmí, Olancho. Allí pretendían rescatar a una menor de edad reportada como secuestrada.
Sin embargo, al llegar al lugar, los sorprendieron varios hombres armados con fusiles de grueso calibre y comenzaron a dispararles. En un afán de repeler el ataque, se enfrentaron, y allí resultó herido el agente policial y un fiscal del MP.
De inmediato los movilizaron hasta un centro asistencial, sin embargo, Zamora perdió la vida en el camino. Por su parte el fiscal se recupera en el hospital y del hecho se registró una segunda víctima mortal, pero no perteneciente al grupo policial.