Redacción. El pasado 3 de mayo, autoridades hondureñas hallaron el cuerpo sin vida del soldado estadounidense Angelo Marciano Parisano a orillas del río Chiquito, en Comayagua.
Parisano, un piloto de 25 años, servía en el Ejército de los Estados Unidos y estaba asignado a la Base Aérea Soto Cano (SCAB), ubicada en Palmerola. Era originario de Cíbolo, Texas.
La noticia de su fallecimiento generó conmoción en Honduras y en Estados Unidos. Su pareja expresó el dolor por la pérdida.
La joven manifestó que experimentaba un profundo sufrimiento y una inmensa tristeza al despedirse de su amado. Ella lamentó que les arrebataran la oportunidad de envejecer juntos, una ilusión que, según argumentó, ahora se convirtió únicamente en un sueño imposible.
A pesar del dolor, afirmó que llevaría a Parisano consigo en cada aspecto de su vida: en cada viaje sónico que realice, en cada episodio del programa Survivor que vea, y cada vez que tenga el privilegio de usar el anillo que él le obsequió. Además, aseguró encontrar consuelo en la creencia de que su esposo se encuentra en paz, adorando junto a Dios, y expresó su esperanza de reencontrarse con él algún día en el cielo.
Hallazgo e investigación por la muerte del militar
El hallazgo de Angelo ocurrió la tarde del sábado 3 de mayo, después de que el Cuerpo de Bomberos atendiera un incendio en una zacatera cercana. Un ciudadano que pasaba por el lugar observó un cuerpo flotando en el río y dio aviso inmediato a los rescatistas.
La embajada de Estados Unidos en Honduras confirmó el fallecimiento mediante un comunicado oficial. En el documento, explicó que la Policía Nacional lidera la investigación, con el apoyo de la División de Investigación Criminal del Ejército estadounidense, con el objetivo de esclarecer las circunstancias del hecho.
Las autoridades norteamericanas aclararon que, por respeto a la privacidad de la familia, no revelarán más información sobre la muerte de Parisano.
A continuación el mensaje textual:
No existen palabras para describir el inmenso amor que siento por ti ni la alegría que tuve al convertirme en tu esposa. Trágicamente, esa oportunidad nos fue arrebatada a ti y a mí demasiado pronto. Ahora no tengo palabras para describir el profundo dolor y la pena que siento al saber que te has ido y que tengo que despedirme de ti, pero mi amor por ti nunca cambiará.
La oportunidad de envejecer juntos ahora es solo un sueño, pero te llevaré conmigo en todo lo que haga. Te veré en cada viaje sónico que haga, en cada episodio de Survivor y en cada momento en el que tenga el honor de usar este hermoso anillo que me diste.
Mi corazón está roto, pero tengo paz al saber que estás adorando con nuestro Padre en el Cielo, y qué día tan glorioso tuviste (domingo 4 de mayo). Ahora estás sentado a los pies de Jesús, por siempre. Tengo esperanza al saber que algún día caminaré contigo por las calles de oro, y tú estás allí, con el Padre, preparando mi lugar.
Eres mi roca, mi lugar feliz y mi corazón. Te amaré por siempre y te recordaré toda la vida,
Tu amor.
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