Redacción. El general Ramiro Fernando Muñoz, presidente de la Comisión Interventora del Sistema Penitenciario Nacional, informó que se procedió con el desalojo de 1,300 reclusos que permanecían en el módulo denominado «Casa Blanca» en la Penitenciaría Nacional de Támara en Francisco Morazán.
El funcionario calificó este sitio como un «Altar del Mal», y a los reclusos se les movilizó hasta otras instalaciones de la cárcel de Támara. La intención de estas acciones es levantar el piso y poder destruir paredes para poder identificar si hay espacios falsos donde ocultan artículos prohibidos.
«Estoy totalmente claro en que Casa Blanca es otro ‘Altar al Mal’ que ha estado en Támara desde hace tiempo», sentenció Muñoz. A su vez, refirió que ninguna autoridad del pasado pudo controlar este sitio.
Asimismo, el jefe militar resaltó las nuevas construcciones dentro del penal y mencionó que los reclusos fueron trasladados a un «módulo limpio», es decir, a un lugar donde no existen riesgos ni problemas relacionados con el hallazgo de artefactos o artículos prohibidos.
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Destrucción del módulo
Según Muñoz, la destrucción del módulo «Casa Blanca» tiene como objetivo localizar dinero escondido, drogas, sistemas de comunicación, armas, municiones y otros objetos, como ha ocurrido recientemente en otros sectores de Támara.
Durante la semana anterior, en las requisas tras la destrucción de habitaciones en este penal se localizaron varias armas de fuego, municiones de diferente calibre y una fuerte suma de dinero en efectivo.
«Encontramos 400 mil lempiras, luego este lunes encontramos 100 mil lempiras y unos teléfonos, pero en Casa Blanca deben tener millones de lempiras enterrados en algún lado», sentenció, destacando que las autoridades van a determinar qué hacer con la evidencia.
Según el general, «Támara debe quedar limpio de armas y de cualquier otro ilícito, para que los demás centros penales agarren la forma que corresponde. Yo solo quiero recordarle a la gente: no es que no sabíamos, pero si no construíamos un lugar, ¿cómo sacábamos a esos presos de allí? ¿Cómo íbamos a destruir donde estaban?».
Además, recalcó que están destruyendo todo lo que no forma parte del sistema penitenciario nacional, sino que pertenece al negocio de los reclusos. Entre estos objetos se encuentran camas, colchones y habitaciones dentro de los módulos.
