REDACCIÓN. Lauren Pisciotta, exasistente de Kanye West, denunció al rapero el 8 de octubre por presunto abuso sexual, además alega que «la drogó» para cometer el delito, mientras estaba en «una sesión de estudio» con él y Sean ‘Diddy’ Combs.
De acuerdo con información que Page Six pudo constatar en los documentos de la querella, los hechos se suscitaron en Santa Mónica, California, y le habrían dado «una bebida mezclada con una droga no identificada».
Pisciotta detalla que fue West quien «ordenó que le sirvieran la bebida» y después de darle unos tragos «comenzó a sentirse desorientada» y con «menor control de su cuerpo y su habla».
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Según las declaraciones de Laura, al día siguiente amaneció «sintiéndose enferma» y «sumamente avergonzada», aunque no tenía claro por qué. Sin embargo, tiempo después entendió lo que había pasado. Kanye le confesó que «tuvieron una pequeña relación», aludiendo a la noche en la que presuntamente la drogaron.
Tras la confesión del rapero, Laura se sintió «disgustada y aturdida» por lo cual decidió ya no trabajar con él. Sin embargo, fue «extremadamente cuidadosa» en la manera que se distanció, pues temía ser «silenciada e incluida en la lista negra», así como «sufrir represalias».
Según Page Six, a Laura la despidieron poco después, por lo cual hizo una primera demanda por despido injustificado en junio de 2024. Ella alega que «nunca le pagaron los 3 millones de dólares en concepto de indemnización» que le correspondería.