Redacción. Un joven migrante hondureño, identificado como Genry Ruíz-Guillén de 29 años, falleció mientras se encontraba bajo la custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) en el centro de detención Krome North, ubicado en Miami-Dade, Florida.
Las circunstancias de su muerte apuntan a una posible negligencia médica por parte de las autoridades del centro. Ruíz-Guillén murió tras experimentar un episodio de confusión y convulsiones mientras permanecía detenido.
Una investigación exhaustiva realizada por el Miami Herald reveló que la atención médica que recibió el joven hondureño fue calificada como «cuestionable». Así mismo, que podría haber contribuido directamente a su trágico desenlace.
Los informes forenses oficiales determinaron que la causa de muerte fue una «complicación de trastorno esquizoafectivo». Sin embargo, los expertos que analizaron el caso encontraron niveles inusualmente elevados de medicación en su organismo. Además, advirtieron sobre la posibilidad de que Ruíz-Guillén haya sufrido rabdomiólisis, una grave condición médica asociada con la inmovilización prolongada.
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El caso de Ruíz-Guillén no es un hecho aislado en el centro de detención Krome North. Recientemente, también falleció el ciudadano ucraniano Maksym Chernyak, de 44 años, a causa de un derrame cerebral. Médicos que revisaron su caso señalaron que el personal del centro tardó más de 40 minutos en realizar la llamada al 911, una demora que consideran crítica y que pudo haber tenido consecuencias fatales. «En neurología decimos: ‘el tiempo es cerebro’. Cada minuto que se pierde puede causar daño cerebral irreversible», explicó la neuróloga Altaf Saadi, del Hospital General de Massachusetts.
Denuncias
Ambos decesos ocurren en un contexto de crecientes denuncias sobre condiciones precarias en las cárceles migratorias, incluyendo hacinamiento, malas condiciones sanitarias y una preocupante falta de atención médica adecuada. En las últimas semanas, activistas y defensores de derechos humanos han intensificado sus protestas frente al centro Krome, exigiendo justicia para las víctimas y la implementación de mejoras urgentes en las condiciones de detención.
Estas muertes se suman a una larga lista de fallecimientos bajo custodia de ICE que, según la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), podrían haberse evitado con una atención médica oportuna y adecuada. Un informe de la organización reveló que el 95% de las 53 muertes registradas entre 2017 y 2021 fueron resultado directo de deficiencias médicas. En los primeros cien días del actual gobierno estadounidense, ya se han contabilizado siete migrantes fallecidos en centros de detención.
El caso de Genry Ruíz-Guillén reaviva el dolor y la indignación de numerosas familias migrantes que claman por el fin de las muertes bajo custodia de ICE. «Me lo arrancaron», lamentó un familiar al conocer la noticia, reflejando el sentir de muchos ante una pérdida que, según los expertos, era prevenible.