Redacción. El maquillaje funciona como una herramienta poderosa para resaltar la belleza natural y suavizar detalles que preferimos disimular. Sin embargo, al alcanzar los 45 años, las necesidades del rostro cambian. La piel pierde firmeza y luz propia, por lo que la clave del éxito reside en aportar luminosidad de forma estratégica para lucir un rostro fresco y saludable.
Lograr una piel radiante requiere cautela. Si aplicamos texturas incorrectas o nos excedemos con el brillo, el resultado se verá artificial y pesado, sumando años en lugar de restarlos.
Brillo
Un fallo frecuente consiste en saturar el rostro con múltiples productos brillantes, desde coloretes con shimmer hasta sprays fijadores con escarcha. Paula Aroca, experta de Druni, explica que la piel ya posee su propia luz y que añadir demasiado brillo crea un efecto «plástico» poco favorecedor.
En las pieles maduras, el exceso de iluminación se convierte en un enemigo de la textura. Las arrugas y líneas de expresión se vuelven más evidentes cuando la luz se refleja en ellas de forma descontrolada. Los expertos advierten que, en lugar de una piel unificada, el brillo excesivo resalta los poros y los relieves del rostro.
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Para lucir un acabado joven y jugoso, los maquilladores recomiendan sustituir los polvos por iluminadores en crema o líquidos. Estas fórmulas se funden con la piel y simulan una luz que nace desde el interior, aportando además una hidratación necesaria para evitar el efecto acartonado.
Pasos
- Usa bases mate o neutras: Aplica bronceadores y coloretes sin partículas de brillo para mantener la base limpia.
- Elige puntos estratégicos: Coloca el iluminador solo en el puente de la nariz, el arco de Cupido y la parte superior de los pómulos.
- Busca el equilibrio: Si tu colorete ya incluye brillo, omite el iluminador extra para no sobrecargar el cutis.
El objetivo final no es que la piel brille por completo, sino imitar la forma natural en que la luz acaricia el rostro. Al apostar por texturas cremosas y aplicaciones sutiles, lograrás una apariencia fresca que no marcará las arrugas, manteniendo la elegancia en cada trazo.
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