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lunes 22 diciembre 2025

Así puedes alcanzar el efecto «segunda piel» con tu maquillaje

REDACCIÓN. El paradigma de la belleza ha dado un giro definitivo hacia el «efecto segunda piel». Atrás quedaron las coberturas totales y pesadas; hoy, el estándar de oro es una tez que respira, donde la luminosidad natural es la protagonista y el maquillaje se vuelve imperceptible.

Esta tendencia no consiste necesariamente en usar menos cosméticos, sino en una aplicación inteligente y minimalista que realza la textura auténtica del rostro.

El secreto para dominar este estilo reside en tres pilares fundamentales: la preparación, la ubicación del producto y la técnica de sellado.

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Así puedes alcanzar el efecto "segunda piel"
Una mujer aplica su maquillaje con un brocha.

Los expertos coinciden en que una piel trabajada previamente requiere mucha menos cobertura. El uso de rodillos faciales o dispositivos de microcorriente no es solo un lujo, sino una técnica para activar la circulación, suavizar la textura y definir el óvalo facial. Una dermis hidratada y «despierta» permite que la base se funda orgánicamente en lugar de sentarse sobre los poros.

Aplicación estratégica

Para mantener la frescura, la regla de oro es dejar zonas libres. En lugar de crear una máscara uniforme, los maquilladores sugieren:

  • Focalizar: Aplicar el producto en el centro del rostro (aletas de la nariz, ojeras y barbilla).
  • Difuminar hacia afuera: Extender el excedente hacia los contornos sin añadir más carga.
  • Respetar la nariz: Evitar cubrirla por completo permite que las pecas o la textura natural engañen al ojo, haciendo creer que no hay maquillaje.

El gesto final

La temperatura es clave. Usar los dedos para calentar la base ayuda a que los pigmentos se integren mejor con los aceites naturales de la piel. Para el toque maestro, una esponja húmeda utilizada únicamente al final elimina cualquier rastro de exceso y unifica el tono sin aportar grosor.

Finalmente, el uso del polvo traslúcido debe ser quirúrgico, aplicándolo solo en zonas de brillo extremo. El objetivo final es un rostro que conserve su vida y sus matices, donde el maquillaje no oculte la piel, sino que se convierta en su mejor versión.

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