Redacción. El contorno de ojos, o área periocular, es la zona más vulnerable del rostro. Constantemente expuesta a agresiones externas como el sol y el viento, y al movimiento incesante de veintidós músculos y diez mil parpadeos diarios, esta piel es la primera en manifestar signos de fatiga y envejecimiento.
Siendo la más fina de todo el cuerpo (entre 0,03 y 0,05 mm de espesor) y pobre en colágeno, elastina y glándulas sebáceas, su cuidado exige hábitos específicos y tempranos.
Cuanto más delgada y deshidratada esté esta piel, más evidentes serán las arrugas, bolsas y ojeras. Para contrarrestar la aparición de estas señales, es crucial adoptar una rutina de cuidados que vaya más allá de la simple hidratación.
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Mandamientos
Los expertos delinean seis «mandamientos» esenciales para proteger esta zona:
Desmaquillar siempre: Incluso en momentos de cansancio extremo, es irrenunciable retirar el maquillaje de los ojos con productos suaves como aceites o bálsamos.
Tratamientos por edad: Elegir productos según las necesidades. Mientras que la hidratación es suficiente a los 25 años, se recomienda incorporar sueros antioxidantes o retinol después de los 40.
Aplicación suave: Usar el dedo anular, que ejerce menos fuerza, para aplicar el producto con pequeños toques suaves y movimientos ascendentes, sin estirar la piel.
Dormir ocho horas: El descanso adecuado es vital; la falta de sueño tensa los músculos y acentúa ojeras y arrugas.
Hidratación interna: Beber mucha agua es la forma más efectiva de mantener las células hidratadas y prevenir el envejecimiento prematuro.
Accesorios fríos: Utilizar rodillos o aplicadores roll-on fríos estimula la circulación sanguínea y descongestiona los párpados.
Protocolo
En cuanto a tratamientos puntuales, si se busca reducir bolsas y ojeras, son ideales los productos con hamamelis. Para combatir arrugas y patas de gallo, el retinol es el activo recomendado, y para la flacidez, los péptidos.
El protocolo de aplicación debe ser preciso: usar una pequeña cantidad (el equivalente a un grano de arroz) en el dedo anular y repartirla alrededor del hueso ocular, incluyendo las ojeras y encima de las cejas.
