Redacción. El sudor permite que el cuerpo se enfríe y mantenga su temperatura interna estable. Aun así, las variaciones hormonales, el estrés y algunos productos pueden volver este proceso incómodo.
Antes de aplicar cualquier estrategia, conviene observar en qué situaciones sudas más, qué productos utilizas y cómo reacciona tu piel. Esta pequeña autoevaluación revela si el sudor se relaciona con el estrés, el calor, la actividad física o algún cambio hormonal. Con esta información, elegir la solución adecuada se vuelve mucho más sencillo.
Gestiona el sudor emocional
El sudor que aparece por nerviosismo proviene de las glándulas apocrinas, ubicadas sobre todo en axilas e ingles. Contiene lípidos y proteínas que, al interactuar con bacterias cutáneas, generan un olor más intenso. El cortisol y la adrenalina liberados en situaciones estresantes activan estas glándulas. Practicar respiración profunda, yoga o meditación a diario ayuda a mantenerlas bajo control.
Modera los alimentos termogénicos
La capsaicina de los picantes, la cafeína y el alcohol estimulan el sistema nervioso simpático, el mismo que desencadena la sudoración. Además, elevan la temperatura corporal durante unos minutos. Reduce el café, las salsas muy picantes y el alcohol cuando necesites mantenerte fresca.
Hidrátate con agua fría
El agua fresca no solo evita la deshidratación; también ayuda a reducir la temperatura interna y envía al hipotálamo la señal de que el cuerpo ya se ha enfriado. Llevar una botella con agua fría resulta especialmente útil durante el ejercicio o los días de calor.
Opta por telas holgadas
El algodón y el lino permiten que el sudor se evapore con rapidez. En cambio, el poliéster y el nailon retienen la humedad y favorecen la proliferación bacteriana. En jornadas calurosas, la ropa suelta mejora la ventilación y mantiene la piel más seca.

Retira el vello
El vello atrapa humedad y favorece el crecimiento bacteriano. Rasurar o depilar axilas y zona del bikini facilita la higiene y mejora la eficacia del antitranspirante.
Usa productos absorbentes
Cuando el control directo del sudor resulta difícil, la absorción se convierte en un gran aliado. Los protectores adhesivos para axilas y las plantillas de carbón activado para los pies ayudan a mantener la ropa y la piel más secas.
Dúchate después del ejercicio
Retirar el sudor y las bacterias lo antes posible previene el mal olor. Una ducha breve con jabón antibacteriano, sobre todo en axilas e ingles, evita que los compuestos del sudor se descompongan.

Consulta a un especialista
La hiperhidrosis provoca una sudoración excesiva que no responde a los antitranspirantes habituales. Si interfiere con tu vida diaria, un dermatólogo puede recomendar alternativas como antitranspirantes de prescripción, toxina botulínica o iontoforesis.



