Redacción. El magnesio, un mineral esencial fundamental para el bienestar general, está emergiendo como un nutriente clave para mitigar los síntomas asociados a la perimenopausia y la menopausia.
El desafío de la menopausia y la deficiencia de magnesio
A partir de los 50 años, muchas mujeres experimentan sofocos, insomnio, irritabilidad, fatiga y calambres, síntomas propios de la menopausia, una etapa natural de la vida marcada por el cese de la actividad ovárica y la caída de estrógenos. Según expertos de Laboratorios Boiron, una deficiencia de magnesio puede agravar estas molestias.
Un estudio reciente de la Universidad Sechenov de Moscú revela un dato preocupante: el 72% de las mujeres en edad menopáusica presenta algún grado de deficiencia de magnesio. De ellas, el 55% sufre una deficiencia moderada y el 15%, una severa.
Aunque a menudo se pasa por alto, el magnesio actúa como un regulador silencioso en el cuerpo femenino durante esta etapa. Es esencial para:
- Regular el sistema nervioso.
- Contribuir al mantenimiento de huesos fuertes.
- Mejorar la calidad del sueño y el equilibrio emocional.
- Disminuir la fatiga.
- Participar en el equilibrio hormonal y favorecer una función muscular adecuada.

Suplementación
El Instituto de la Menopausia recomienda una ingesta diaria mínima de entre 310 y 320 mg de magnesio para las mujeres. Sin embargo, la menor absorción intestinal y las nuevas demandas fisiológicas pueden impedir alcanzar esta cantidad.
Los expertos aconsejan el uso de suplementos de magnesio, sin superar los 250 mg diarios, según la AESAN, y obtener el resto a través de una dieta equilibrada. Es importante repartir la dosis diaria en varias tomas para mejorar su absorción.
Cumplir los 50 es hoy sinónimo de vitalidad, pero requiere ajustes. El magnesio, una herramienta sencilla pero poderosa, puede ayudar a responder a las nuevas necesidades del cuerpo en esta etapa, especialmente cuando se combina con vitaminas del grupo B para potenciar el metabolismo energético y la función psicológica.



